Petróleos Mexicanos se mantiene como la petrolera más endeudada del mundo con un pasivo financiero que supera los 110 mil millones de dólares al cierre del segundo trimestre de este año.

De acuerdo con datos recopilados por Banco Base, el segundo puesto a nivel general es para la petrolera más grande del mundo, Saudi Aramco, que tiene un saldo de 92 mil millones de dólares con corte a junio, lo que representa 18 mil millones menos que y equivalente al costo de la Refinería Olmeca.

Petróleos Mexicanos también es la empresa más endeudada del mundo en relación con su margen de ganancias antes de intereses, , depreciaciones y amortizaciones (EBITDA, por sus siglas en inglés). En total, la deuda de Pemex es cuatro veces más grande que el EBITDA obtenido al cierre del segundo trimestre.

Su más cercano competidor en este aspecto es la empresa rusa Rosneft, con una deuda total equivalente a 2.13 veces el EBITDA, pero con un pasivo en dólares de 63 mil millones.

La semana pasada en conferencia de prensa, el director de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza, aseguró que la administración había logrado reducir la deuda de la petrolera desde 127 mil millones de dólares; sin embargo, los datos de Pemex señalan que al cierre de 2018, la deuda de la compañía se ubicó en 106 mil millones de dólares.

Consecuencia en calificaciones

Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, las tres agencias calificadoras más importantes del mundo han reducido la calidad crediticia de la petrolera.

El caso menos grave ha sido el de la agencia Standard & Poor’s, que sólo ha bajado un escalón la nota de la empresa y mantiene el grado de inversión.

Mientras tanto, Moody’s y Fitch Ratings han sido más críticas con los resultados financieros de la petrolera.

En la primera agencia, la de Pemex arrancó el sexenio en un nivel más bajo que sus pares al ubicarla apenas en el último escalón del grado de inversión. Sin embargo, con el correr de la gestión de la llamada Cuarta Transformación, la calificadora bajó cuatro escalones la nota y la puso en calidad basura.

Fitch Ratings es el caso de mayor rebaja para la petrolera mexicana, pues Pemex inició el sexenio con una calificación tres escalones por encima del grado especulativo, pero ha caído seis peldaños hasta el “bono basura”.

En este sentido, tanto el presidente de como el director de Pemex han menospreciado las acciones de las calificadoras, al argumentar que sus decisiones son políticas, o bien, que “las calificadoras mienten”.

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