La desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, sumada a la posterior filtración de un video, ha causado una conmoción que ha trascendido a escala nacional. Aunado a esto, la respuesta de los gobiernos estatal y federal contribuye a la sensación de que el país va a la deriva y sin autoridad capaz de contener estos actos. Así lo afirma Rossana Reguillo y agrega que hay “una sensación de que todos somos vulnerables porque no hay autoridad. Es muy fuerte: habla del abismo que se abre entre la ciudadanía y el Estado”.
Académica del ITESO e investigadora emérita del SNI, Reguillo Cruz ha dedicado buena parte de sus investigaciones a indagar las culturas juveniles y, en paralelo, el crecimiento de las violencias que las aquejan. Dice que lo ocurrido hace unos días en Los Altos de Jalisco tiene antecedentes históricos y recuerda cuando, en 2013, seis jóvenes fueron capturados y asesinados por el crimen organizado. “Lagos de Moreno ha ido viendo un incremento de desapariciones y el aumento de una violencia brutal en la que morir no es suficiente: hay que decapitar, desmembrar… es una espiral creciente de terror”.
La autora del libro Necromáquina. Cuando morir no es suficiente (ITESO / Ned Ediciones) dice que el caso de los cinco jóvenes tiene tres elementos que han contribuido para sacudir al país entero: “En primer lugar, la biografía de las víctimas. Cuando ocurren casos como éste hay un intento continuo de las autoridades y de la sociedad por vincular a las víctimas con el narcotráfico. En este caso, los muchachos trabajaban, ayudaban a sus familias. El argumento de ‘En algo andaban’ no es suficiente”.
El segundo elemento es el video, que califica como “brutal” y dotado de “una terrible intencionalidad. No es casual que se haya filtrado. Hay una intención de mostrar, exhibir, hacernos partícipes como testigos. Es la ‘espectacularización’ del horror”. Reguillo también señala que si bien el material aporta indicios, no todos son verificables, por lo que es necesario guardar serenidad y distancia frente al delirio que entraña.
Finalmente, el otro elemento a considerar es que el tema, “de manera no buscada, colisionó con ‘La Mañanera’. Al colisionar con la conferencia del jefe de Estado, genera una indignación que arrastra. Hay una sensación de estar a la deriva, de que no hay una autoridad capaz de contener estos actos”.
Rossana Reguillo dice que desde Signa_Lab ITESO, el laboratorio de la universidad que se dedica al análisis de redes sociodigitales, han venido siguiendo la conversación generada en torno al tema Lagos de Moreno. Adelanta que, con la información que han recabado, es posible ver “una enorme conmoción y una exigencia más fuertes que el uso político del caso”.
La académica comparte que ha venido trabajando en una investigación sobre la juventud y el descontento con la política, en un arco que va de finales de los ochenta, con “la rabia y la furia de los ‘anarcopunks’”, hasta la época actual, pasando por la Era de las Plazas, en 2012, momento que se caracterizó por un empoderamiento importante de los jóvenes y la emergencia de las redes sociales.