De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, para el segundo trimestre de 2022 residían en 17 millones 958,707 personas de 60 años y más; es decir, 14 % de la población total del país.

Más de la mitad de ese grupo poblacional, 56 %, tenía de 60 a 69 años. Conforme avanza la edad, el porcentaje disminuye: 30 % corresponde al rango de 70 a 79, y 14 % a aquellas de 80 años y más, señala el organismo público autónomo.

Al respecto, la académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Guadalupe Cañongo León, considera que esas cifras nos colocan oficialmente como un país envejecido.

La también profesora del Centro de Investigación y Estudios de Trabajo Social en Gerontología (CIETSGe) de la ENTS puntualiza que como sociedad hemos invisibilizado, subestimado y discriminado a las personas mayores.

Nuestra deuda social con esta población, asevera, es trabajar en colectivo para hacerles visibles, no relegarles ni ridiculizarles; por el contrario, hay que reconocer que son sujetos de derecho a , , a vivir libres de violencia, a disfrutar de espacios recreativos, etcétera.

Recordó que el 10 de enero de 2023 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Firma y ratificación de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores por parte de México. “Ahora sus derechos son ratificados no sólo por nuestra Constitución, sino también por dicho instrumento de carácter internacional, que implica que los gobiernos, a través de sus instituciones estén obligados a realizar acciones en beneficio de este grupo poblacional”.

 

Con motivo del Día Nacional de las Personas Adultas Mayores, que se conmemora el 28 de agosto, Cañongo León apunta: Hasta hace algunos años se pensaba que eran un grupo que cursaba pasivamente su última etapa de vida, pero hoy sabemos que se trata de un gran conjunto poblacional que crece de manera acelerada y cuyo periodo de vida, según proyecciones nacionales e internacionales, no es tan corto como se consideraba, incluso, etapas previas como la infancia o la podrían ser aún más reducidas que la propia etapa de .

Hoy en día la expectativa de vida de los mexicanos es de 72 a 74 años, mientras que para las mexicanas es de 76 a 77, aunque esta longevidad depende de diversos factores.

De manera equivocada se llega a creer que representan un problema social por su dimensión numérica, lo cual es incorrecto, ya que la ‘dificultad’ no radica en la cantidad, sino en la atención y planeación de las condiciones necesarias para que este sector poblacional deje de representar un impacto en los sistemas económicos, sanitarios y educativos del país.

Sin embargo, precisa, no nos hemos preparado para tener una vejez saludable, sobre todo en el terreno preventivo porque somos más de acciones curativas en el ámbito de la salud, al cual regularmente se asocia a esta población. Desafortunadamente, para una gran mayoría de personas, pensar en envejecimiento y vejez es sinónimo de dependencia, de enfermedades físicas y mentales.

Al respecto, menciona que en 2022 las tres principales causas de muerte en las personas mayores en el país fueron enfermedades cardiacas, diabetes mellitus y tumores malignos; afectaciones que son resultado de estilos de vida inadecuados como el sedentarismo y mal manejo del estrés, por ejemplo, lo cual es prevenible y se cuenta con estrategias para su atención.

Hay indicadores que muestran que se puede hacer algo para mejorar en general las condiciones de vida de este grupo etario, “recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social dio a conocer que, en 2016, 42.5 % de la población mayor estaba en condición de pobreza, pero para 2020 esa cifra disminuyó a 37.9 %”.

Más aprendizaje

La especialista señala que, en la ENTS, por medio del CIETSGe, se realizan actividades encaminadas al estudio e investigación en el área gerontológica, así como cursos y talleres dirigidos a la sociedad en general; las actividades a propósito del 28 de agosto serán publicadas a través de las redes oficiales de comunicación de la Escuela: https://www.trabajosocial.unam.mx/

Se destaca el Proyecto Apptivate, curso de inclusión digital que busca que las personas mayores aprovechen las tecnologías de la información y la comunicación; y el Diplomado Envejecimiento Exitoso, cuyo propósito es prepararse para experimentar una vejez en las mejores condiciones, a través de la revisión de temas como: salud física y mental, nutrición, sexualidad, temas legales para asuntos como la jubilación, testamentos o incluso divorcios, etcétera.

En las mejores condiciones

Según la experta, la sociedad en general debe entender que el envejecimiento implica un trayecto de vida saludable y que desde tenemos que ponerlo en práctica para incrementar nuestras posibilidades de experimentar una vejez en las mejores condiciones físicas y mentales. Incluso, desde la academia se requiere insistir en trabajar el tema con el alumnado, con las infancias, con las juventudes, para prevenir y mejorar estilos y calidad de vida.

Pero hoy las generaciones se enfrentan a un contexto en el que se sobrestima la juventud y se resiste a la idea de envejecer; no obstante, que con toda seguridad el proceso de envejecimiento es inevitable, afirma Cañongo León.

Hay gran desinformación que fomenta estigmas sobre la vejez, por ejemplo, pareciera que la gente al cumplir 60 años adquiere una etiqueta de asexual, la cual les limita a tener deseos o emociones asociadas al erotismo, aunque esto se sabe que no es real. En general, se debe dejar de fragmentar a la sociedad por grupos y fomentar acciones de solidaridad intergeneracional, asevera.

Guadalupe Cañongo sugiere reconstruir la imagen social de la vejez, volviendo la mirada a las personas mayores, pero también hacia uno mismo para imaginarse en esa etapa y trabajar en el tema.

Finalmente, precisa que es incorrecto llamar “abuelos” a quienes conforman este grupo etario, y por tanto es equivocado referirse al Día Nacional de las Personas Adultas Mayores como “Día del Abuelo”, ya que se trata de una generalización sin perspectiva de género que conlleva sólo a “celebrar” a quienes tienen nietas y nietos, además de que sólo hace referencia al género masculino.

“Bajo esa lógica equivocada terminamos celebrando a y hombres de 40 años o menos que ya tienen nietos o nietas, lo que desorienta y quita el foco real del análisis y de la reflexión en torno a la deuda que como sociedad tenemos con la población de mayor edad.”

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