Escucho que el ataque terrorista de Hamás fortalecerá al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Es cierto, pero no. Me explico.
Cuando un país entra en una guerra, suele darse el fenómeno del rally around the flag, es decir, un sentimiento nacionalista que une al pueblo en torno a su líder. Es lo que está ocurriendo en este momento.
Sin embargo, Netanyahu tiene sus días contados como gobernante.
Una vez que el Estado judío lleve a cabo las operaciones militares para neutralizar a Hamás en la Franja de Gaza, en Israel se tendrán que rendir cuentas del enorme fracaso de no haber previsto el peor ataque terrorista de su historia. El ridículo de uno de los aparatos de seguridad más eficaces del mundo. Netanyahu cargará con muchos de los costos. Hasta podría terminar en la cárcel.
Hace 50 años pasó lo mismo en la Guerra de Yom Kipur. Aunque Israel acabó ganando ese conflicto bélico, la primera ministra, Golda Meir, renunció a su cargo un año después. Se retiró de la política. Sobre sus hombros llevó, hasta el día de su muerte, la carga del fracaso de no haber entendido las señales que apuntaban hacia una guerra en su territorio.
No veo a Netanyahu haciendo lo mismo porque se ha caracterizado como un político dispuesto a todo con tal de quedarse en el poder. Carece de la calidad moral de Golda. Sin embargo, la sociedad israelí presionará para que Netanyahu pague por el 7 de octubre. No hay manera que sobreviva frente a un fracaso tan grande.
¿Qué fue lo que pasó?
¿Por qué el gobierno israelí se equivocó y no previó un operativo de Hamás que incluía la participación de cientos de terroristas que invadieron su territorio sin mucha resistencia de por medio?
El experto internacionalista Mauricio Meschoulam me recomendó un par de artículos del periódico israelí Haaretz, que dan unas primeras pistas sobre el tema.
El hecho incontrovertible es que Israel no tuvo la inteligencia para prevenir la invasión y, cuando ésta comenzó, no había suficientes fuerzas militares para repeler los ataques en diversas localidades del sur del país. Además, como afirma Haaretz, incluso cuando llegaron tropas, algunas de élite, tuvieron que esperar largas horas sin que las despacharan a los lugares donde estaban siendo asesinados, heridos y secuestrados cientos de civiles.
Según el artículo de Yaniv Kubovich y Jonathan Lis (Why Israel’s Defenses Crumbled in Face of Hamas‘ Assault) esto se debió a seis fallas:
1. El Ejército de Defensa de Israel (EDI) y el Shin Bet (servicio de inteligencia interno de ese país que incluye la Franja de Gaza y Cisjordania) “no tenían ninguna advertencia de inteligencia que indicara la intención de Hamás de invadir Israel en grandes cantidades”.
2. “Altos funcionarios del EDI, el Ministerio de Defensa, estimaron la semana pasada, en una discusión sobre seguridad, que Hamás no estaba interesado en la guerra ni se estaba preparando para ella”. Creyeron que el grupo terrorista no tenía incentivos porque Israel había abierto la frontera para dejar entrar trabajadores desde Gaza y había mucho dinero en juego. “Hamás está muy, muy comedido”, afirmaba unos días antes el asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi. Se creyeron esta versión a pie juntillas.
3. Una vez que invadieron su territorio, el EDI se tardó mucho tiempo en darse cuenta de la magnitud del ataque.
4. El Ejército carecía de elementos en la zona sur porque, ante la falta de inteligencia, el “Comando Sur permitió el traslado a Cisjordania de tres batallones que operaban en el sector, con el fin de reforzar las tropas allí durante las vacaciones”.
5. El EDI no tuvo los recursos para trasladar a tropas activas y reservistas a la zona; muchos arribaron por automóvil con la ayuda de familiares y amigos.
6. Por horas, soldados se quedaron varados en gasolineras y estacionamientos esperando instrucciones de sus comandantes; algunos decidieron trasladarse a la zona de conflicto sin tener un plan de ataque.
En otro artículo (The Rising Threat of a Second Front in Israel’s North), Amos Harel habla del fracaso de inteligencia desde el lado de Hamás que tuvo “una planificación meticulosa y estricta compartimentación. La organización logró llevar a cabo su operación de manera que pasó por alto todos los sistemas de vigilancia israelíes. El informe del Wall Street Journal, que alega que Irán estuvo coordinando el momento y la naturaleza precisa del ataque, no parece creíble. Los iraníes ayudaron con dinero y tecnología, pero el plan de Yahya Sinwar y Mohammed Deif aparentemente tuvo éxito porque se guardaron los detalles para sí mismos”.
En otras palabras, Hamás le tomó la medida a la inteligencia israelí que quedó en ridículo. Más temprano que tarde habrá consecuencias. Netanyahu tiene los días contados.
X: @leozuckermann