ha recuperado más de 13 mil bienes culturales del exterior durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, según reconocieron este miércoles la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y la Unesco.

En un comunicado conjunto, los organismos precisaron que en el país existen 82 mil 300 monumentos históricos, conjuntos arquitectónicos y bienes inmuebles con valor cultural que son susceptibles al tráfico ilícito.

“El tráfico ilícito de bienes culturales es la sustracción, destrucción o traslado ilegal de bienes culturales tales como piezas monumentales, arqueológicas, antropológicas, artísticas y obras documentales, o partes de ellas”, señaló el documento.

Recordaron que este delito puede presentarse en mercados legales e ilegales, tanto en sitios arqueológicos, museos y galerías, como religiosos y plataformas digitales.

Aunque no existen cifras exactas sobre este delito por la dificultad de descubrir y vigilar estas actividades, la Unodc y la Unesco citaron que la Asociación de Museos estima que las ganancias del comercio ilícito de antigüedades oscilan entre 225 y 3.000 millones de dólares por año.

Además, el Grupo sobre Delincuencia Organizada de la Policía Metropolitana del Reino Unido e Interpol calculan que estas mismas ganancias ascienden anualmente a entre 300 y 6 mil millones de dólares.

Mientras que el Fondo Monetario Internacional ha señalado que la suma disponible para lavado de dinero por medio del mercado del arte equivalía al 2,7 % del producto interno bruto mundial en 2009, es decir, a 1.600 billones de dólares.

Indicaron que el tráfico ilícito de bienes culturales se vincula con la financiación del terrorismo, el crimen organizado, el tráfico ilícito de drogas y armas de fuego, el lavado de dinero y la corrupción.

Campaña para proteger el legado

Ante esta situación, la Unesco y la Unodc urgieron a México a reconocer y afrontar al tráfico ilícito de bienes culturales como un asunto de seguridad global mediante la campaña “Protege tu legado”.

Con ella, buscan crear conciencia sobre las implicaciones y riesgos de este delito desde el nivel comunitario y las formas de prevenirlo y combatirlo para salvaguardar el patrimonio cultural.

“Robar al pasado es destruir nuestro futuro. El patrimonio histórico y cultural es un testimonio singular de la identidad de los pueblos, su protección es esencial para México y el mundo, en especial para los países en desarrollo, que se cuentan entre los más afectados por este delito”, dijo Kristian Hölge, representante de la Unodc en México.

En la gestión de López Obrador, el Ejecutivo mexicano ha combatido subastas en ciudades como Nueva York, París y Roma en las que aparecen objetos robados o que pertenecen al patrimonio de México.

Además, se intensificaron las demandas ante Gobiernos extranjeros para recuperar piezas arqueológicas y artísticas.

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