El banco central con su alta tasa de interés (11.25%) en relación con la de (5.5%) ha promovido entrada de capital financiero para la compra de deuda pública, lo que ha incrementado las reservas internacionales a niveles de 212,762 millones de dólares a fines de diciembre de 2023, traduciéndose ello en el abaratamiento del dólar y en el fortalecimiento del , llegando a una paridad de 16.71 pesos por dólar el viernes 15 de marzo de 2024, después de haber estado en 19.36 pesos por dólar el 30 de diciembre de 2022. Ello implica una apreciación del peso de 13.7% en dicho período. El abaratamiento del dólar reduce el precio de los productos importados, lo que contribuye a bajar la inflación interna a costa de que las importaciones desplacen a la producción nacional e incrementen el déficit de comercio exterior. El dólar barato reduce la competitividad de la producción nacional como el ingreso de las empresas nacionales exportadoras, como aquellas que son desplazadas por importaciones, incrementando sus problemas financieros y de deuda, que a su vez se ven acentuados por la alta tasa de interés predominante, que se traduce en mayor transferencia de recursos de los deudores hacia la banca. Ello descapitaliza a las empresas, a las familias y al federal, estatal y municipal dados sus niveles de endeudamiento, lo que les reduce su capacidad de inversión y consumo y de ahí el bajo crecimiento que la economía nacional viene mostrando en las últimas décadas, a cambio de las altas ganancias que obtiene el capital financiero internacional que compra deuda pública, como la banca extranjera y nacional ubicada en el país. BBVA señaló en días pasados que la ganancia obtenida en en 2023 representa más de la mitad de las ganancias que obtuvo a nivel internacional. Esos son los sectores favorecidos por las altas tasas de interés de Banxico y por la apreciación del , a costa de actuar ello en detrimento de la producción y empleo formal. La política de alta tasa de interés y apreciación cambiaria han acentuado la desigualdad del ingreso y de la riqueza en el país.

Por más alta tasa de interés establecida por Banxico no ha logrado bajar la inflación a su nivel objetivo de 3% y no lo alcanzará pues su política monetaria encarece los costos de las empresas, como el crédito y la inversión, por lo que ésta no crece, y prosigue la escasez de productos nacionales que presiona sobre precios, por lo que continúa la inflación y las presiones sobre la balanza externa, tanto por el déficit comercial, como por la transferencia de recursos al exterior por las obligaciones financieras derivadas de la entrada de capitales. Ello ha llevado a la economía a demandar más entrada de capitales para financiar el déficit externo, por lo que seguimos con la alta tasa de interés para que el capital financiero venga y no se vaya, a costa de no tener política económica a favor del crecimiento. Tal situación es insostenible, pues el país no tiene asegurada la entrada de capitales para mantener el peso fuerte, además de los efectos negativos sobre la producción nacional y sobre el sector externo que hace más difícil sostener los niveles de rentabilidad ofrecida a esa entrada de capitales, como la transferencia de recursos al exterior por las obligaciones financieras. La política fiscal se ha subordinado a la política monetaria de privilegiar la baja inflación y la estabilidad cambiaria. La austeridad fiscal, con sus recortes presupuestales, contrae demanda y mercado interno para bajar la inflación, a costa de desestimular la inversión y la producción, configurando el contexto recesivo e inflacionario, que conllevará a inestabilidad bancaria-financiera, por los problemas de insolvencia, debido a que la tasa de interés está muy por arriba del crecimiento del ingreso nacional.

Es indispensable que se haga el ajuste del tipo de cambio y no esperar que el mercado especulativo lo haga, ya que éste bien sabe lo apreciado que esta el peso y que el país no tiene condiciones endógenas para mantenerlo. Se debe proceder a bajar la tasa de interés y el diferencial que se tiene con la tasa de interés de EUA para reducir la entrada de capitales y se vaya ajustando el tipo de cambio para ir encareciendo importaciones y mejorar la competitividad de la producción nacional para impulsar su producción, avanzar en la sustitución de importaciones (impulsada a su vez por política industrial, agrícola) para asegurar efectos multiplicadores internos y reducir el déficit externo y los requerimientos de entrada de capitales. La menor tasa de interés reduciría las presiones financieras de los sectores endeudados (público y privado), lo que potenciaría su capacidad de gasto e inversión a favor del crecimiento económico y del empleo. La política monetaria y fiscal deben de encarar la inflación impulsando la producción, para así reducir la escasez de productos para satisfacer la demanda con bajos precios y así se compatibilizar baja inflación con crecimiento económico. El crecimiento económico y la menor tasa de interés, incrementaría el ingreso de empresas e individuos y del gobierno para encarar en mejores términos el pago de su deuda y se evitaría la inestabilidad del sistema bancario.

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