El recortó las perspectivas de crecimiento para tanto para este año como el siguiente, debido a que los resultados económicos desde el cierre de 2023 han sido “peores de lo esperado” y a que se espera una contracción del sector manufacturero.

El organismo ajustó a 2.4 por ciento el estimado de crecimiento de la economía mexicana durante este año, luego de haberlo llevado a 2.7 por ciento en su informe de enero. Para el próximo año se estima una desaceleración a 1.4 por ciento, por debajo de 1.5 por ciento previo, debido a que se espera un menor gasto y, en general, una contracción de la política fiscal.

En sus Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI proyecta que el crecimiento de la economía mundial sea de 3.2 por ciento este y el próximo año. La perspectiva de 2024 fue revisada al alza respecto a un 3.1 por ciento reportado en enero y la de 2025 no tuvo modificaciones.

“A pesar de las sombrías predicciones, la economía mundial sigue siendo notablemente resistente, con un crecimiento constante y una inflación que se desacelera casi tan rápidamente como aumentó”, acotó Pierre-Olivier Gourinchas, director del Departamento de Estudios del FMI.

Sin embargo, las proyecciones de crecimiento mundial a mediano plazo se cuentan como las más bajas en décadas. “El crecimiento es históricamente lento, debido a factores a corto plazo, como los costos de endeudamiento todavía elevados y el retiro del respaldo fiscal, y a los efectos a más largo plazo de la pandemia de covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica”, consideró.

En los estimados presentados este lunes, en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, se prevé que la inflación mundial disminuirá de 2.8 por ciento al cierre de este año y otro tanto, a 2.4 por ciento, a finales de 2025. En el caso de México, se espera que el descenso se de 4 y 3.3 por ciento, respectivamente.

“La mayoría de los indicadores siguen apuntando a un aterrizaje suave”, considera el FMI. Expone que la mayoría de las buenas noticias sobre la inflación provinieron de la caída de los precios de la energía y de la inflación de los bienes y “si bien las tendencias inflacionarias son alentadoras”, todavía no se puede hablar que se logró paliar del todo este riesgo.

Entre las principales economías del mundo, el FMI reportó que la estadounidense ya superó su tendencia prepandemia y se estima que crezca 2.7 y 1.9 por ciento este y el siguiente año. Estos datos reflejan incrementos de 0.6 y 0.2 puntos porcentuales respecto a los previsto en enero y “un sólido crecimiento de la productividad y el empleo, pero también una fuerte demanda en una economía que sigue sobrecalentada”.

De ahí que el FMI llama a “un enfoque cauteloso y gradual” en la reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal –el banco central de . “La postura fiscal, que no está en consonancia con la sostenibilidad fiscal a largo plazo, es motivo de especial preocupación”, recalcó el organismo.

En China, la economía sigue afectada por la desaceleración de su sector inmobiliario y también se reporta un consumo bajo. Aún con ello, el FMI no modificó los estimados de crecimiento para este país. Se espera que crezca 4.6 y 4.1 por ciento este y el siguiente año, respectivamente.

En general, el FMI recomendó a los países reconstruir las reservas fiscales, dado que “las tasas de interés reales siguen siendo altas y la dinámica de la deuda soberana se ha vuelto menos favorable”; revertir la caída de las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, mejorando la asignación de capital y mano de obra; y reducir los costos de endeudamiento y las necesidades de financiamiento.

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