La economía mexicana se mantuvo en terreno positivo durante el primer trimestre del año, aunque dio nuevas señales de enfriamiento en un entorno de altas tasas de interés y desaceleración gradual de , su mayor socio comercial.

Entre enero y marzo, el producto interno bruto del país creció 0.2%, por lo que anotó su trimestre número 10 consecutivo al alza y aceleró ligeramente contra lo reportado al cierre de 2023, de acuerdo con cifras desestacionalizadas y preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Con esto, el crecimiento económico del país igualó las estimaciones de los analistas consultados por Infosel.

Pese a seguir en expansión, el creció al ritmo más modesto para un periodo similar desde 2021, o en los cuatro años transcurridos desde el impacto más álgido de la pandemia de covid-19.

Si el desempeño de la economía mexicana fuera medido con una tasa anualizada, tal como lo hacen otras naciones como Estados Unidos, entonces el avance del PIB en el primer trimestre habría sido de 0.8%, o la mitad de lo que creció el país vecino del norte, cuya alza en el periodo fue la más modesta en casi dos años.

Los economistas calificaron el resultado como lento, con señales de debilidad en algunos sectores, a lo que se sumaron dos efectos estacionales contrarios: por una parte, el día extra que otorgó el año bisiesto, y por otra, el periodo vacacional de Semana Santa que impactó negativamente a la industria.

“El desempeño fue heterogéneo, contrastando con los datos de la mayoría del 2023 que mostraban mejorías más generalizadas”, escribieron expertos de Banorte encabezados por Alejandro Padilla, en un reporte. “En este sentido, destaca que la fortaleza se concentró en los últimos dos meses del trimestre, aunque las diferencias entre los rubros persistieron en los propios subsectores”.

En general, los analistas proyectan que la actividad podría ser resiliente en la primera mitad del año, aunque es probable que pierda impulso a partir de entonces, lastrada por un desempeño más modesto de Estados Unidos, un menor apretamiento del mercado laboral, tasas de interés aún elevadas y decisiones de inversión más cautelosas.

Banorte incluso estima que el crecimiento se acelerará en el segundo trimestre a cerca de 1.2% contra enero-marzo, para enfrentar un escenario más complejo a partir de julio, una vez que pasen las elecciones presidenciales.

“Prevemos que, en el corto plazo, la actividad resulte apoyada por un consumo privado sólido (fuerza en empleo, programas sociales), la construcción de obras públicas, y una economía estadounidense algo resiliente”, agregó Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más, en un reporte.

El pronóstico del consenso es que la economía crecerá 2.4% en el año, aunque tras el reporte de hoy, varias mesas de análisis reconocieron que hay un sesgo a la baja, por lo que esperarán la publicación de las cifras revisadas el 23 de mayo.

Al evaluar el desempeño de la economía por tipo de actividad, se observó que las actividades primarias disminuyeron a una tasa de 1.1%, en tanto que las secundarias tuvieron una contracción de 0.4% y solo las terciarias crecieron 0.7%.

En su comparación anual, la economía del país avanzó 1.6% con respecto al primer trimestre de 2023, en cifras sin ajuste estacional de Inegi.

En este caso, la economía hiló 12 trimestres de expansión, aunque al mismo tiempo quedó por debajo del crecimiento de 2.1% que esperaban los analistas encuestados por Infosel.

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* César Pérez contribuyó a la elaboración de esta .

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