- Estados Unidos empezará a aplicar en agosto aranceles del 100% a vehículos eléctricos chinos.
- Esta acción afectará a un mercado de 18 mil millones de dólares a ser cubierto por otros proveedores, entre ellos México.
- La Industria Nacional de Autopartes estima que esta oportunidad duplica la perspectiva de crecimiento de la industria en 2024.
Estados Unidos empezará aumentará los aranceles a los vehículos eléctricos y sus partes fabricados en China a partir del 1 de agosto, según documentos publicados por la Oficina de Comercio Exterior del gobierno estadounidense. Los aranceles serían de 100% para vehículos eléctricos y de 25% para partes de baterías, así como en baterías de litio-ion usadas por vehículos eléctricos. Esta política arancelaria se interpreta como un escalamiento de la ofensiva comercial de Estados Unidos hacia China, bajo el argumento de «seguridad nacional», lo que sin duda representa mayores oportunidades de expandir la relación comercial México – Estados Unidos.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos es en parte responsable del fenómeno del nearshoring y también de que México sea ahora el principal socio comercial de Estados Unidos. No obstante, la medida a aplicarse visibiliza a otro notable beneficiado, que es Taiwán, que puede convertirse en una seria competencia para México o, si se tiene la visión, en un aliado. Se infiere que parte de las intenciones de la imposición de aranceles a China en estos sectores específicos es para fortalecer a Taiwán (potencia mundial en alta tecnología), debilitar a China (tercer mayor exportador mundial de vehículos eléctricos) y evitar que China pueda incrementar las tensiones históricas que se tienen con Taiwán, siguiendo el ejemplo de Rusia y Ucrania.
«La guerra comercial entre Estados Unidos y China continua e implica grandes oportunidades para México.»
La Secretaría de Economía, en coordinación con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), recibió recientemente una propuesta de inversión de empresas taiwanesas encabezadas por la Asociación de Fabricantes Eléctricos y Electrónicos (TEEMA), buscando incorporarse al mercado estadounidense a través de México, que es el socio comercial más importante de Taiwán en América Latina. Este escenario tiene potencial para que México absorba una significativa porción del mercado que perdería China tras los aranceles.
Cabe señalar que Estados Unidos ha aprobado imponer más aranceles a China en el futuro; el 1 de enero de 2025 entrarán en vigor entre otros aranceles a semiconductores (50%), y un año después (1 de enero de 2026), a baterías de litio-ion para vehículos que no son eléctricos (25%); mercados donde Taiwán se especializa, siendo el líder mundial en semiconductores, uno de los sectores con mayor potencial identificado en el contexto del nearshoring.
Derivado de estas noticias, la Industria Nacional de Autopartes ha señalado que al principio de 2024 la expectativa era de un crecimiento de la industria de entre 3 y 4% pero ahora la perspectiva a mejorado llegando al 8 por ciento, reconociendo las oportunidades económicas para México. El mercado mexicano de vehículos híbridos y eléctricos se ha consolidado como el más grande de América Latina y es el cuarto mayor exportador mundial a Norteamérica.
Los aranceles anunciados afectarían las importaciones norteamericanas de China por un valor estimado de 18 mil millones de dólares, según la Casa Blanca. Se presenta la oportunidad de poder atender un mercado en crecimiento, de acuerdo con la Agencial Internacional de Energía se registraron crecimientos de 65% en 2022 y 40% en 2023, equivalente a 1.2 millones de vehículos eléctricos vendidos el año pasado y las proyecciones muestran un crecimiento exponencial hacia el 2030. En perspectiva México exportó 3.3 miles de millones de dólares a Estados Unidos en 2023, lo que implica que hay mucho camino por recorrer.
México tiene una enorme oportunidad para continuar aprovechando la relocalización en múltiples industrias clave, empezando por la electromovilidad que debido a los aranceles reducirá el margen de maniobra de uno de los mayores competidores mundiales, es una carrera abierta para lograr la mejor posición; para ello, requiere de una estrategia holística que integre y accione planes de mediano y largo plazo para lograr atender las necesidades del mercado de los Estados Unidos; hay que hacerlo rápidamente, empezando por eliminar las barreras físicas, estructurales e ideológicas, lo que sólo se puede lograr con la concurrencia de los diferentes sectores y actores económicos.
La dinámica económica del siglo XXI obliga a tomar decisiones en menor tiempo, considerando un mayor número de variables. Este proceso integral demanda a sectores, empresas e instituciones adaptarse a los cambios del corto y largo plazo, comprender la integración a las cadenas locales y globales de valor y, con ello, generar los retornos hacia el mercado.