A nadie debe escapar que el 2 de junio se llevó a cabo una elección de Estado, ya muy cercana al estilo de Putin o de Raúl Castro o de Chávez o de Daniel Ortega. La mayoría nos sentimos estafados. La sociedad parece tener otros datos distintos a los del INE. ¿Por qué un problema técnico atrasó por 2 horas la difusión de los resultados? No se puede olvidar que durante la campaña espuria de Sheinbaum fueron asesinados al menos 30 candidatos de la oposición, además de casi 190 mil homicidios dolosos, más 50 mil desaparecidos, junto con otros tantos ciudadanos coaccionados para abandonar de inmediato sus campañas, mismas que fueron financiadas ilegalmente con recursos del erario o, con fondos de procedencia ilícita. El proceso congestionado de irregularidades fue oportunamente denunciado por los afectados sin que lograran detenerlo ni mucho menos sancionar a los involucrados. Los «Siervos de la Nación» dependientes de la Secretaría del Bienestar, encargados de comprar la voluntad electoral de enormes sectores vulnerables de la nación, una actividad ilegal por donde se la contemple, amenazaban a los ciudadanos necesitados de dichas ayudas, es decir, lucraban con su hambre y sus necesidades coaccionándolos con la cancelación de los programas asistenciales establecidos en la Constitución.
¿Cómo es posible que Sheinbaum haya obtenido más votos que AMLO, cuando el padrón electoral, hoy en día, está integrado por casi 100 millones de ciudadanos, y el de 2018 eran poco más de 89, sin contar, además con la popularidad de aquél? ¿La participación ciudadana fue de un mediocre 61%, cuándo las casillas electorales estaban más llenas que nunca? ¡Imposible!
Si como se dice, el crimen organizado ya controla más del 50% del país, entonces, ¿es válido suponer que el narco extorsionó a millones de empleados de su inmensa clientela, a la que explota cobrándoles el derecho de piso si no votaban por Morena el 2 de junio? Dicho supuesto explica la votación a favor de Sheinbaum, pero no así la escasa participación ciudadana, cuya realidad empezaremos a conocer el día de mañana, miércoles 5 de junio… ¡Nunca bajemos la guardia!
Yo estuve, estoy y estaré con Xóchitl…
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