De verdad que el presidente López Obrador es un fenómeno. Con voz firme, como si estuviera convencido, puede pararse y declarar frente a toda la nación con respecto al sistema de salud pública de México: “Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”.
Para desternillarse de la risa.
Siempre se utiliza a los países nórdicos para comparar los mejores sistemas de salud públicos del mundo. Es lógico. Estas naciones llevan décadas con un Estado de bienestar que ha invertido varios puntos del producto interno bruto a la salud para que todos, absolutamente todos los ciudadanos de esos países tengan acceso a los mejores servicios públicos que existen en el planeta.
Pero López Obrador declara que ya estamos ahí y los hemos superado.
Claro que es una mentira.
Una mentira del tamaño de la galaxia si se mide en indicadores serios como número de personas con acceso a los servicios de salud, establecimientos de salud por cada mil personas, camas disponibles por cada mil personas, médicos en contacto con pacientes por cada mil personas o enfermeras en contacto con paciente por cada mil personas.
Ésas son nimiedades. Indicadores que les encantan a los tecnócratas neoliberales. Aquí en México, sin embargo, tenemos otros datos.
Todos estamos felices y contentos. Nuestro sistema de salud es mejor que cualquier otro. Lo digo yo: el señor-Presidente-de-la-República que tiene una tasa de aprobación de más de 70%.
Y soy experto en producir realidades alternas. No importa que haya mucha gente que no tenga acceso a sistemas de salud, que no tengamos clínicas ni hospitales, que haya escasez de médicos, enfermeros y medicinas.
Lo que importa es que yo diga que estamos mejor que en Dinamarca.
Porque la gente me cree. Porque más de 35 millones de mexicanos votaron a favor de la continuidad de nuestro proyecto. Ellos sí saben que estamos mejor que en Dinamarca.
¿Dinamarca?
¿Qué es Dinamarca?
¿Dónde queda ese país?
¿Por qué comparan los servicios de salud pública con esa pequeña nación?
La verdad es que yo nunca he visto a un danés. Igual y ellos tienen un pésimo sistema de salud pública. Igual y ya los rebasamos. ¡Viva México, cabrones! Que no nos vengan a presumir sus opulencias. ¡Como México no hay dos!
Qué bien explota el Presidente ese nacionalismo ramplón e ignorante que nos encanta. El que presume que nuestro país es un “paraíso”. Una “patria generosa”. Lo mejor del mundo mundial.
Una mayoría de mexicanos hincha su pecho y grita: “a huevo”.
Ése es uno de los secretos de López Obrador: la utilización del nacionalismo como arma propagandística. Los mexicanos somos tan chingones que ya nos chingamos a los daneses en una de sus grandes fortalezas, es decir, la construcción de un sistema de salud pública universal de calidad.
No importa que los niños con cáncer no tengan medicinas. Tampoco que la gente no pueda operarse de una enfermedad peligrosa. Que no haya el número suficiente de camas para atender a todos los pacientes. O que falte anestesia. O que haya que trasladarse cientos de kilómetros para atenderse de una dolencia.
No, eso no importa.
Lo relevante es que el Presidente declare que ya le ganamos a una nación llamada Dinamarca que quién sabe dónde queda en el mapa. A lo mejor se encuentra en África y está bien jodida.
No quiero decir que el presidente López Obrador no haya logrado nada en su sexenio. Sí hay algunos buenos resultados, como fue el caso de gobiernos anteriores. Pero estirar la liga para presumir una utopía inexistente es una mentira del tamaño del mundo.
Como hubo buenos resultados, también hubo malos. Destacadamente en los sectores de seguridad pública y de salud. Este Presidente no resolvió la inseguridad que ya aquejaba al país con Calderón y Peña. Y en el ámbito sanitario cometió el grandísimo error de cancelar el Seguro Popular, sustituirlo por la quimera del Insabi, que luego ellos mismos desparecieron, para corregirlo con el IMSS Bienestar.
La realidad es que México no está mejor que Dinamarca. Peor aún, en materia de salud hoy estamos peor que en 2018, cuando tomó posesión López Obrador.
Así que no nos venga a vender espejitos AMLO. Será muy popular como Presidente, pero tampoco podemos creerle mentiras tan absurdas. Los que sí sabemos dónde está Dinamarca y lo que han hecho los países nórdicos para tener los mejores sistemas de salud pública del mundo tristemente nos desternillamos de la risa.
X: @leozuckermann