Tras anunciar sus medidas para frenar la migración en Estados Unidos, las deportaciones de Donald Trump no se han hecho esperar y, cómo es lógico, han generado reacciones en los países que se han visto afectados por las decisiones tomadas por el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
México
Por el momento, el país vecino del sur ha adoptado una postura cautelosa frente a las deportaciones de Donald Trump. Según la presidenta Claudia Sheinbaum, México recibió más de 4.000 migrantes deportados la semana pasada. Y aunque no se ha observado un incremento significativo en las expulsiones, la mandataria ha señalado que es importante mantener un diálogo constante con el gobierno estadounidense y respetar los derechos humanos de los migrantes.
Guatemala
Por su parte, Guatemala ha preparado un plan para recibir a los deportados que incluye la habilitación de albergues y programas de reinserción laboral. En lo que va de año, más de 3.000 guatemaltecos han sido repatriados desde Estados Unidos y México. Para hacer frente a esta situación, el gobierno de Bernardo Arévalo busca facilitar la integración de los migrantes y mitigar el impacto de las deportaciones de Donald Trump.
El Salvador
Por lo que respecta a El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha mantenido una relación colaborativa con la Administración Trump. Recientemente, ambos mandatarios conversaron sobre la lucha contra la inmigración ilegal y las bandas criminales. Donald Trump ha elogiado el liderazgo de Bukele en la región y, actualmente, Estados Unidos y El Salvador cooperan en materia de seguridad y migración. Tanto es así que El Salvador es considerado un tercer país seguro.
Honduras
En cuanto a Honduras, la presidenta Xiomara Castro ha anunciado un programa de emergencia para recibir a los migrantes retornados al país que incluye un bono económico, alimentación y capital semilla para poner en marcha emprendimientos. Y para hacer frente a las deportaciones de Donald Trump, ha instado al gobierno de Estados Unidos a iniciar un diálogo de cara a impulsar acciones que favorezcan a los migrantes hondureños que se encuentren en el país norteamericano, en tránsito o en situación de deportación.
Colombia
Mención aparte merece la relación entre Estados Unidos y Colombia. El país andino enfrentó un conflicto diplomático tras negarse a recibir aviones militares con deportados colombianos, argumentando que los migrantes no son delincuentes y deben ser trasladados en aviones civiles. Esa postura llevó a Estados Unidos a amenazar con imponer aranceles del 25% a los productos colombianos. Finalmente, gracias al papel crucial de Mauricio Claver-Carone, se llegó a un acuerdo y Colombia aceptó la repatriación sin restricciones de sus ciudadanos, incluidos aquellos transportados en aviones militares.
Brasil
Por último, Brasil ha expresado su descontento tras la deportación de nacionales en condiciones calificadas como denigrantes, pues, según ha declarado uno de ellos, los brasileños deportados fueron esposados, no recibieron agua y se les negó ir al baño durante el vuelo. Ante este episodio, el gobierno brasileño convocó al encargado de negocios de la embajada estadounidense para expresar su indignación y pedir explicaciones por el trato que recibieron los brasileños retornados.