La Casa Blanca confirmó que el primer día de febrero, todos los productos que procedan de México y Canadá y quieran entrar en EEUU deberán pagar una tasa del 25%, a pesar de haber un tratado de libre comercio entre los tres países. De ser verdad, varios analistas apuntan a una pérdida de dinamismo en las dos mayores economías de Latinoamérica: México y Brasil.
Según un análisis de la agencia de calificación Moody’s, el hecho de iniciarse la guerra comercial, tal y como la planteaba Donald Trump en campaña, hará que México pierda un punto de su crecimiento anual en 2025, pasando de una expansión del 1,3% hasta el 0,6%. El director de análisis económico para América Latina de la entidad, Alfredo Coutinho aseguró que «sin duda, será el país que más impacto tenga de Latinoamérica».
Por su parte, el economista jefe de Bank of America Securities para México y Canadá, Carlos Capistrán, se mostró mucho más pesimista y estableció un crecimiento acortado del 0,8% para 2025, aunque lo achaca también a «factores internos».
Pero desde Moody’s también destacan el impacto que toda esta guerra proteccionista va a tener sobre otro ‘grande’ de Latinoamérica:Brasil. Según los expertos de Moody’s hablan de un recorte del crecimiento para 2025 que va del 3,2% de 2024 al 2% tras la entrada del magnate en la Casa Blanca. Todo esto, si se cumpliesen las amenazas arancelarias.
Sorprendentemente, en el caso de Brasil, el efecto sería culpa de «la desaceleración del mercado estadounidense, pero también por parte del mercado chino». Hay que recordar que el principal objetivo de la Casa Blanca, actualmente, es evitar la hegemonía del gigante asiático en el comercio mundial y suprimir la amenaza que su industria supone para el sector secundario estadounidense con aranceles del 60%.
China y Brasil han reforzado sus relaciones bilaterales y la cooperación en los últimos años, sobre todo en el mercado alimentario. Según los últimos datos recogidos por Bloomberg, el país amazónico ya habría superado a EEUU como el principal proveedor de maíz de China, con embarques que llegaron a los 8,79 millones de toneladas en los primeros nueve meses de 2023, lo que supone más del 40% de las importaciones que hace el gigante asiático. Las toneladas de EEUU, en cambio, sumaron 6,5 millones, lo que supone una caída de más del 50% con respecto a 2022.
Lo mismo sucede, también, con las importaciones de soja. En los primeros 11 meses de 2023, se computaron 89,63 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 13,3% comparado con el mismo período del año anterior. Mientras que con EEUU la compra de soja cayó más de un 8%.
Estas previsiones se alejan bastante de lo que preveía el FMI en su Informe de Perspectivas Económicas de enero, en el que vaticinaba una expansión del PIB de Brasil del 2,2% para este año y el que viene. Para México, apuntaban a un 1,4% este año y un 2% para 2025.
En su análisis, la agencia de calificación habla que las medidas arancelarias de Trump traerán, además de tensiones comerciales, grandes efectos al grueso de la economía y a sectores clave como el automotriz, la manufactura y la tecnología.
La economía mexicana depende casi al 100% del comercio en los últimos años. Más del 80% de las exportaciones del país tienen como destino Estados Unidos, esto supone el 30% del PIB del país. Esto es debido, en gran parte, a la renovación del libre comercio entre ambas naciones y al fenómeno conocido como ‘nearshoring’, que es una estrategia comercial basada en externalizar la producción a terceros que, a pesar de estar en otros países, están en áreas cercanas y en una zona horaria semejante. Con esto, se refuerza la cadena de valor.
En Estados Unidos, estas mismas industrias enfrentarían interrupciones y un aumento de costos por su dependencia de insumos mexicanos, que representan más del 70 % de sus importaciones provenientes de México.
Aún así, el jefe de BofA Securities asegura que este fenómeno se mantiene vigente en México por una serie de ventajas competitivas en otros mercados como el latinoamericano e incluso por encima de EEUU, debido a salarios más bajos y su posición geográfica con el marcado más grande global.
Pero el hecho de que haya un arancel del 25% provocaría interrupciones y un aumento de los costes por su dependencia de los insumos mexicanos, que suponen más del 70% de las importaciones estadounidenses procedentes de México.
Finalmente, desde Moody’s también apuntan a riesgos fiscales en las cuentas públicas de México y Brasil. «Este incremento en la aversión al riesgo va a introducir presiones en los mercados financieros y el tipo de cambio va a ser una de las principales variables que va a reaccionar», dijo Alfredo Coutinho en su presentación a la que ha tenido acceso elEconomista.es.
Es decir, la depreciación de las monedas locales incrementaría la inflación y dejaría poco margen de maniobra a los bancos centrales para realizar políticas de estímulo económico. «Estas dinámicas complicarían los esfuerzo de México de reducir el déficit fiscal«, asegura el documento.
Según los últimos Presupuestos del Gobierno de México, liderado por Claudia Sheinbaum, para este año prevén un déficit del 3,9% del PIB y una deuda que rondará el 51,4% del total de la economía del país. El FMI prevé, en su Monitor Fiscal (octubre 2024) que el déficit mexicano se va a estancar en los próximos años, hasta quedarse en el 2,7% entre 2026 y 2029. Pero los expertos de la entidad multilateral no han tenido en cuenta los efectos que puede provocar una política arancelaria tan restrictiva como la de Donald Trump, por lo que es posible que esto varíe en el futuro.