• Desaparecieron “de facto”, casi todas las organizaciones sociales campesinas. Sus antiguos dirigentes, ahora son senadores y diputados
  • El mexicano adquiere un promedio anual de 20 millones de toneladas de para la de la tortilla

Transcurrieron a esta fecha, seis años y medio de angustia agroalimentaria en , sin recursos financieros para los productores agrícolas, pecuarios, agroindustriales y pesqueros.

Por añadidura, prácticamente en todo el periodo del gobierno anterior y en lo que va de la presente administración, afecta a todo México una sequía que no permite volver a los índices de productividad en granos básicos y distribución de alimentos derivados de la industria pecuaria, como son carne de diferentes especies, leche y huevo.

De igual manera, es inquietante la preocupación de la población mexicana, en particular la de escasos recursos del medio rural y urbano, por una creciente en alimentos básicos, misma que los economistas llaman “galopante”. Los precios del kilogramo de tortilla, no bajan de 23 pesos; el huevo, va de 48 a 52 pesos; el litro de leche se ubica entre 25 y 31 pesos, según la calidad.

En el caso concreto del maíz para la industria de la tortilla, las importaciones del grano son crecientes. El gobierno mexicano adquiere ya un promedio anual de 20 millones de toneladas, mismas que, en gran parte, se utilizan para alimentar al sector pecuario, en particular para la engorda de reses, cerdos, vacas lecheras y gallinas ponedoras. No se sabe si se trata de maíz transgénico o natural.

En este último caso, lo más seguro es que sea maíz transgénico o también llamado transformado en su composición genética. Entre paréntesis, regularmente se sabe que el maíz que llega a México, proveniente de , es el que se produce en ambas márgenes del río Mississippi, que desemboca en el Atlántico Norte, el cual, en otro orden de ideas, presenta determinados grados de contaminación, debido a la aplicación de fertilizantes y agroquímicos en el proceso de cultivo del maíz. En su desembocadura en el Atlántico, ya es notable una mancha de muchos kilómetros cuadrados, donde desaparecieron todos los peces.

De vuelta a nuestro tema, hay un dicho que expresa que “no sólo de pan vive el hombre”. Esto, para añadir que el maíz es el primer grano cereal, del que nos alimentamos los mexicanos, pero también está el frijol, del cual la población mexicana demanda alrededor de 3 millones de toneladas anuales. Solamente se producen alrededor de 1.5 millones de toneladas, de manera que ya tenemos un déficit del doble de esa cantidad.

También hay que señalar que la industria de panificación depende en gran medida de otro cereal, que es el trigo, del cual se ha llegado a una demanda de otros 2.5 millones de toneladas anuales, y solamente se produce en México la mitad. El resto se importa.

Si analizamos el tema de las organizaciones de productores o campesinos, se concluye que “desaparecieron como por arte de magia” y, hasta el momento, aparentemente subsisten una que otra de veinte organizaciones que operaban.

En nuestros días, subsisten antiguos dirigentes que, a diferencia de “los ”, actualmente “están encumbrados”. Recordemos a los aguerridos de “El Barzón” y a los de “Deudores de la Banca”, o a otro que fue “dirigente menor” priista en la CNC, llegó a gobernador de Zacatecas por el PRD.  Y ahora es diputado por morena.

Cabe comentar que en México no existe un sistema financiero específico para fomentar y ofrecer servicios de crédito a los productores del campo, englobando a agricultores privados, organizaciones sociales, uniones de campesinos –que son, generalmente los más amolados—a fin de ofrecerles algo para sembrar en un esquema de autosuficiencia, como lo hicieron gobiernos sucesivos a partir del General Lázaro Cárdenas, hasta hace seis años y medio.

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