- La guerra comercial ha resultado contraproducente para la economía norteamericana.
- Era previsible que el aumento de aranceles afectará el consumo y distorsionará a los mercados.
- La incertidumbre se acrecienta ente una posible recesión que arrastre a México.
Las mediciones preliminares muestran que, durante el primer trimestre de 2025, la economía de Estados Unidos experimentó una contracción del 0.3% anualizado (crecimiento trimestral multiplicado por 4) lo que representa la primera caída desde el mismo período de 2021. Esta condición esta generado importantes preocupaciones tanto a nivel interno como internacional, especialmente en países con una relación estrecha en los ámbitos comercial, financiero y de inversiones caso particular el de México. Si bien es prácticamente un cóctel de eventos los que han llevado a esta situación, la atropellada guerra comercial ha sido protagonista con resultado contraproducente.
En tan sólo un trimesre la situación cambió drástricamente con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. La euforia que causó su triunfo en noviembre de 2024 en los mercados de capitales esperando una política económica expansiva y los estímulos anunciados, así el crecimiento de 2.4% anual en el cuarto trimestre, se esfumaron al darle prioridad a la errática política comercial que el anticipado anuncio de la imposición de aranceles
generalizados provocó, expandiendo el déficit comercial que se quería compensar lo que ha provocado distorsiones en las cadenas de suministro.
«El fantasma de una recesión vuelve por sus fueros.»
Según estimaciones del US Bureau of Economic Analysis, el incremento en las importaciones contribuyó de manera negativa en 5 puntos porcentuales a la formación del PIB en el primer trimestre. A lo anterior se adiciona una desaceleración del consumo privado que creció solo un 1.8% (frente al 4% del trimestre anterior) y que al representar dos tercios del PIB contribuyó menos de lo esperado a su formación. De igual forma el gasto del gobierno disminuyó debido a recortes y despidos, lo que contribuyó negativamente con 0.25 puntos al PIB, de tal suerte que el incremento en la inversión si bien no pudo contrarrestar los efectos negativos, si evitó que la contracción del producto no fuera mayor. Con estos resultados deberemos ajustar nuestras expectativas para el resto del año las cuales se ubican entre 1.6 y 1.8% anual.
Ahora bien, los Estados Unidos son y seguirán siendo la principal economía consumidora del mundo, por lo que la contracción en su actividad económica generará además de incertidumbre, afectaciones reales a otras economías como lo es México. De entrada, la demanda externa que significa el que 84% de nuestras exportaciones se dirijan a nuestro vecino y socio, se verá afectada en adición a las políticas arancelarias, que, si bien no han sido lo ampliadas que se anunciaron, si han tenido efectos en los sectores involucrados, lo que obliga a revalorar las previsiones de crecimiento especialmente luego de que se anunciara que la economía mexicana creció en el primer trimestre apenas 0.2% trimestral y 0.6% anual. Cabe recordar que el consenso de analistas que colaboramos con el Banco de México en su consulta mensual, proyectamos que en 2025 el producto se expandiría apenas 0.11%.
El escenario nos recuerda la vulnerabilidad e interdependencia económica global y los riesgos que las políticas proteccionistas implican. Si las políticas arancelarias se mantienen e incluso acrecientan como está sucediendo en la guerra abierta y sin cuartel entre China y Estados Unidos, la economía estadounidense podría resultar ser la más perjudicada tocando las puertas de una recesión más profunda en los próximos trimestres, resultando un lastre para la economía global, México entre ellos, especialmente si consideramos que no tenemos un mercado interno.
La inflación y el desabasto son factores preponderantes para una economía por lo que tarde o temprano el gobierno de Estados Unidos se verá presionado por sus propios sectores productivos y consumidores, y tendrá que reconocer lo fallida de su política de hacer grande a América otra vez reconsiderando los aranceles y llevado a cabo negociaciones y ajustes.
El autor es presidente de Consultores Internacionales, S.C.®