• Los aranceles al dañan la relación comercial y la integración productiva.
  • El estatus del comercio bilateral no justifica la medida proteccionista.
  • y deben crear una estrategia conjunta para hacerle frente al acero chino y potenciar sus industrias

En días recientes, Estados Unidos incrementó los aranceles al acero y sus derivados, pasando de 25% a 50%, como parte de una política más amplia y directa contra y otros países en conflicto, ello bajo las Sección 232 (por motivos de seguridad nacional) y la Sección 301 (en respuesta a prácticas comerciales desleales) de su Ley de Comercio. Si bien México no es el objetivo directo, la mecánica de instrumentación del arancel puede tener efectos negativos sobre la relación comercial y productiva entre ambos países. Ahora bien, no sólo porque México sea deficitario ante Estados Unidos en el comercio de acero, sino por lo sólido de la integración productiva entre ambos países, es que no parecen justificarse los aranceles ni el trato que pretende imponerse a la mexicana

El objetivo es fortalecer la integración no debilitarla.

Si bien, la medida implementada está enfocada a fortalecer la competitividad de la industria norteamericana y reducir la dependencia económica de China, el daño colateral a México puede ser importante considerando que se pretende imponer la tarifa a productos con contenido chino, incluso si se ensamblan en países con tratados comerciales como el T-MEC. En este contexto, la regla es clara: el acero exportado por México a Estados Unidos debe estar completamente «fundido y vertido» (smelted and cast) en México, Estados Unidos o Canadá, para estar exento de los aranceles, y que se documente que se cumple con los requisitos de certificación de origen. En contrario, si el acero exportado contiene insumos fundidos o colados en China, o no se puede certificar su origen regional, se impone el arancel.

México no es un competidor directo de la industria norteamericana, por el contrario, mantiene con Estados Unidos una relación de complementariedad productiva en la industria del acero. Ambos países están profundamente integrados a través de cadenas de valor compartidas, particularmente en sectores como la automotriz, la construcción, la maquinaria y otras manufacturas. De hecho, México registra un déficit comercial en este sector ya que importa acero de mayor procesamiento que no se produce localmente, como laminados en caliente y en frío, acero galvanizado, estructural y al silicio, insumos clave para su industria manufacturera. Estos productos provienen en su mayoría de Estados Unidos, mientras que México exporta principalmente acero semiacabado, chatarra, perfiles largos y productos planos de menor procesamiento. 

En 2024, el comercio de acero entre México y Estados Unidos sumó 4.68 millones de toneladas siendo favorable para este último, ya que México le exportó 1.92 millones de toneladas e importó 2.76 millones, lo que generó un déficit para México. El desafío para la industria del acero en Norteamérica proviene de la sobreoferta china, no del comercio regional. El gigante asiático es el mayor productor de acero a nivel global y ha saturado el mercado internacional con productos a precios muy bajos, generando distorsiones en el mercado lo que hace necesario que México y Estados Unidos colaboren en una estrategia conjunta para fortalecer y proteger su industria del acero

estadístico

En 2024, México ocupó el lugar 15 como productor mundial de acero, con una estimada en 13.7 millones de toneladas. Exportó alrededor de 2.4 millones e importó más de 12 millones de toneladas, lo que refleja su dependencia de ciertos tipos de acero especializado. Por su parte, Estados Unidos fue el cuarto productor global, con cerca de 80 millones de toneladas, y se consolidó como el mayor importador mundial, con 26 millones de toneladas compradas al exterior. China por su parte es el principal productor de acero a nivel mundial, con una producción que superó los mil millones de toneladas en el mismo año, lo que equivale a más de la mitad del total global

La marcada diferencia pone en evidencia la necesidad de una estrategia para hacer frente a la sobreoferta china, que ha contribuido a una fuerte presión a la baja sobre los precios internacionales. Como referencia, la tonelada de acero chino se cotiza en torno a los 400 dólares, mientras que el acero estadounidense lo hace en 984 dólares por tonelada

Cabe destacar que el comercio con China es desigual: México importó más de 640,000 toneladas desde China, mientras que exportó apenas 1,200 toneladas. Esto evidencia una relación comercial asimétrica, pero que tampoco sostiene el argumento de un posible alto contenido chino de las exportaciones mexicanas

Como ha advertido la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO), sectores clave para Norteamérica -como la industria automotriz, la infraestructura y la energía- dependen de cadenas de suministro profundamente integradas que se verían afectadas por medidas unilaterales. Más que medidas proteccionistas, lo que se necesita es una estrategia coordinada entre México y Estados Unidos, que debería incluir la eliminación de aranceles al acero mexicano, y la imposición de medidas conjuntas para contener al acero chino

De acuerdo con el Plan México, uno de los sectores prioritarios para el desarrollo económico es el de la industria automotriz y electromovilidad. Impulsar la producción nacional de acero contribuiría a potenciar estos sectores estratégicos y a consolidar una cadena de valor más sólida y competitiva. El reto es fortalecer el desarrollo regional, no debilitarlo. 

El autor es presidente de: Consultores Internacionales, S.C.®

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