El anuncio de Donald Trump de imponer un arancel del 50% al cobre importado ha generado reacciones mixtas en el mercado bursátil. Mientras algunas acciones mineras suben, otras caen. Aunque todas estas compañías producen cobre, su exposición al mercado estadounidense, la eficiencia de sus operaciones, los costos logísticos y los márgenes de rentabilidad marcan una gran diferencia.

Esta acción es controversial y desproporcionada, ya que  para hacer cátodos o cables se necesita mucho más que fundiciones, refinerías y fábricas, por lo que las medidas buscan sacudir el mercado sin un propósito claro. Lo único que parece es beneficiar a la industria de refinados y el procesamiento de metales en Estados Unidos.

Las firmas con minas en EEUU o con baja dependencia de exportaciones pueden beneficiarse, como por ejemplo Freeport-MacMoran, BHP Group, Teck Resources, First Quantum Minerals, mientras que aquellas con operaciones más costosas o riesgos geopolíticos enfrentan incertidumbre, entre ellas Codelco y Antofagasta, las que presentan desafíos propios de la región, en relación a la coyuntura política y particularmente por la zona geográfica en la que se encuentran.

Además, el efecto en el precio del cobre puede ser doble, si el arancel reduce la demanda desde EEUU, el precio podría caer, afectando a todas. Pero si se interpreta como una medida proteccionista que beneficia la producción local, entonces algunas mineras locales podrían salir favorecidas.

Una vez más queda a la vista que, la diversificación de una organización hace robusta su proyección ante los cambios que puedan ejercer las grandes potencias.

El autor es analista de mercados financieros de Greyhound Trading 

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