Las exportaciones mexicanas atraviesan un momento delicado. La imposición de aranceles por parte de socios estratégicos como Estados Unidos y China está afectando directamente a dos sectores clave para el país: el agrícola y el minero. Miles de pequeños productores y empresas exportadoras están viendo cómo sus productos pierden competitividad, mientras los mercados internacionales se vuelven más inciertos.
¿Qué está pasando con el campo mexicano?
El aguacate, el tomate y las berries, que antes llenaban estanterías en supermercados de EE.UU. y Europa, ahora enfrentan nuevas barreras: aranceles, revisiones sanitarias más exigentes y retrasos en aduanas. Esto golpea particularmente a estados como Michoacán, Sinaloa y Jalisco, donde estos cultivos son fundamentales para la economía local. A modo de ejemplo, un kilo de aguacate mexicano puede costar hasta 20% más en destino tras los ajustes arancelarios, lo que lo hace menos competitivo frente a productos de Perú o Colombia.
Minería: del oro al litio, en un mundo volátil
En el sector minero, la situación no es menos complicada. México exporta metales como plata, oro, cobre y litio, especialmente desde estados como Sonora, Zacatecas y Chihuahua. Sin embargo, las tensiones geopolíticas globales, la caída en los precios internacionales de los minerales y nuevas regulaciones en países receptores complican el panorama. Por ejemplo, en 2023 el precio del cobre cayó casi un 15%, reduciendo los márgenes de exportación para los productores mexicanos.
¿Qué hace el gobierno?
Ante este escenario, el gobierno federal ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos dentro del marco del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). Busca renegociar ciertos términos y facilitar exportaciones, pero también propone diversificar mercados hacia Asia, Medio Oriente y Sudamérica. No obstante, expertos señalan que esta estrategia debe ir acompañada de inversiones para agregar valor a los productos nacionales y evitar depender exclusivamente de exportar materia prima sin transformación.
¿Cómo se compara con otros países?
Mientras México lidia con barreras comerciales, países como Chile y Australia están apostando fuerte por la diversificación. Chile, por ejemplo, ha establecido acuerdos comerciales con más de 60 países, lo que le permite sortear mejor este tipo de obstáculos. En cambio, México sigue dependiendo en gran medida del mercado estadounidense, lo cual lo hace más vulnerable ante cualquier cambio de política.
Un desafío estructural
Los aranceles no son solo un tema comercial; representan una amenaza directa al empleo rural, a la estabilidad de comunidades agrícolas y a la sostenibilidad de la minería como motor económico. Requiere una respuesta estructural que combine diplomacia, tecnología, transformación productiva y nuevas alianzas.