La semana pasada salieron dos datos sobre la economía mexicana, uno bueno, el otro malo.

Comienzo con la positiva. La Secretaría de Economía informó que la Inversión Extranjera Directa (IED) en México, la que genera empleos, ascendió a 34 mil 265 millones de dólares en los dos primeros trimestres de 2025, un monto 10.2% superior comparado con el mismo periodo de 2024. Se trata de un nuevo máximo histórico en este rubro.

La gran mayoría de la IED fue por reinversión de utilidades (84.4%). Las nuevas inversiones representaron el 9.2% del total equivalentes a tres mil 149 millones de dólares. Se trata de un incremento de 246% comparado con el mismo periodo de 2024, lo que representa el mayor crecimiento de los últimos 12 años.

La noticia es buena porque demuestra que sigue habiendo apetito de los extranjeros por invertir en México a pesar de la gran incertidumbre que existe por las amenazas arancelarias de Trump.

Ahora va la noticia negativa. El Inegi reportó que el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento de 0.6 % el trimestre abril-junio de 2025 con cifras desestacionalizadas. Anualizado el crecimiento económico queda en una tasa de 1.2% en términos reales.

Preocupa la caída trimestral que tuvo el sector de la construcción (-1.7%) y el comercio al mayoreo (-7.5%) en el reporte del PIB.

La economía de México sigue estancada, tal y como ocurrió durante el sexenio pasado. Tiene un crecimiento raquítico que apenas alcanza a cubrir el crecimiento anual poblacional calculado en 0.7 por ciento.

Algunos, probablemente el gobierno, celebrarán que no hayamos caído en una recesión, pero yo no puedo aplaudir a una economía estancada que lleva años así. Para mí, es una mala noticia.

¿Cómo explicar la convivencia de la buena y mala noticia?

Al parecer, los extranjeros sí estarían invirtiendo más en el país, pero la inversión total prácticamente no crece.

Según datos del Inegi, la inversión en activos fijos en el corto plazo se incrementó 0.9% en mayo de este año comparado con el mes previo y con cifras desestacionalizadas. Medido a tasa anual, sin embargo, tuvo una caída de -6.7 por ciento.

De los datos aquí descritos, se puede inducir que los inversionistas nacionales son los que están teniendo más reticencia por arriesgar su dinero en la economía mexicana.

¿Qué están viendo diferente los extranjeros?

Creo que hay un dato que nos podría dar una pista. Se trata de la tasa real efectiva de aranceles que le está cobrando Estados Unidos a México.

Antes que entrara Trump por segunda ocasión a la Presidencia, con el nuevo T-MEC por él firmado, solía ser casi cero. Sin embargo, desde que tomó posesión, el mandatario estadunidense impuso distintos aranceles, no sólo a México, sino a todo el mundo.

Hay distintos cálculos de cuánto está pagando cada país de aranceles en promedio para que sus productos entren a Estados Unidos. La calificadora Fitch Ratings, por ejemplo, reporta que el mundo en su conjunto está pagando un arancel de 16%. China trae una tasa de 41.4%, Canadá de 5.9%. México está en 5.2%. Sólo Irlanda y Singapur tienen una tasa menor que nosotros (2.8% y 3.7%, respectivamente).

Con una diferencia: México es el principal exportador de mercancías a Estados Unidos con alrededor del 15% de participación del mercado.

Otra fuente es The Budget Lab de Yale. Según sus datos, la tasa efectiva de aranceles que se le está cobrando a México es de 10.6%, a Canadá 13.1%, a China 27.9% y al resto del mundo 15.6 por ciento.

Medido en tasa arancelaria efectiva promedio, es decir, los derechos pagados divididos por el valor total de las importaciones, los promedios son: 1.6% para México, 1.7% para Canadá, 3.8% a China y 9.1% al resto del mundo.

¿Qué nos dicen estos números?

Trump ha cambiado el sistema de comercio internacional con la imposición de aranceles. Todos los países que exportan mercancías a Estados Unidos han salido perdiendo. Sin embargo, México es de los perdedores más favorecidos, si me permiten esa expresión.

Nos ha ido mal, pero a los otros peor.

Hasta ahorita, porque Trump tiene a todos, incluyendo a México, con la espada de Damocles sobre su cabeza.

Creo que muchos extranjeros le están apostando que, cuando finalmente caiga el telón del gobierno de Trump, con todos los nuevos arreglos comerciales que habrá, incluyendo el de México, nuestro país se verá afectado por los nuevos aranceles, pero comparativamente nos irá mejor que a los otros. Ergo, una vez que se disipe la incertidumbre, seguirá habiendo incentivos para invertir con el fin de exportar productos a Estados Unidos.

                X: @leozuckermann

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