Aunque China y EU habían acercado posturas en los últimos meses mediante cuatro rondas de negociación, los niveles de hostilidad se han disparado de nuevo en la última semana, poniendo en peligro una eventual reunión de los líderes de ambos países a finales de octubre en la cumbre de la APEC que se celebrará en Corea del Sur.

El Ministerio chino de Comercio acusó este domingo a Estados Unidos de hacer descarrilar el diálogo comercial entre ambas potencias y aseguró que las “amenazas obstinadas de elevar los aranceles no son la forma correcta de llevarse bien con China”.

Sobre la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 100 por ciento a los productos chinos y más controles a la exportación de tecnología en respuesta a las nuevas medidas anunciadas esta semana por Pekín, el portavoz advirtió de que la postura de su país respecto a la guerra comercial es consistente: “no la queremos, pero tampoco la tememos”, recalcó.

Las oportunidades para México

De acuerdo con Enrique Quintana, en su columna Coordenadas de este 11 de octubre, este nuevo episodio de la guerra comercial es una declaración estratégica para reducir la dependencia de Beijing, forzar el reacomodo de cadenas de valor y mandar una señal política de fuerza.

Sin embargo, este nuevo choque entre EU y China se presenta como una gran oportunidad para México, aunque el país también tendrá que cumplir con ciertos exámenes de la administración de Donald Trump.

“Lo positivo es evidente: bajo el T-MEC, la fabricación en México tiene preferencia arancelaria, cercanía geográfica, tiempos de entrega competitivos y un ecosistema industrial que ya existe.

“Sectores como autopartes, equipo eléctrico, electrodomésticos, muebles, dispositivos médicos y ciertas ramas electrónicas pueden capturar órdenes que salgan de China en busca de refugio arancelario”, señala el columnista de El Financiero.

Asimismo, Quintana refiere que el nearshoring ya será una decisión de supervivencia para varias cadenas.

Los riesgos para México ante Trump

Si bien México tiene esas ventajas ante los aranceles de EU a China, el país también tiene diversos riesgos que podrían molestar a Trump, quien acostumbra responder con sus medidas arancelarias.

Uno de esos riesgos es que, precisamente, EU tendrá una atención más férrea sobre el cumplimiento de las reglas de origen, tales como no emplear componentes chinos en productos ensamblados aquí.

“El segundo es de costos y abastecimiento: una parte relevante de nuestras plantas compra insumos asiáticos; sustituirlos no es inmediato y puede erosionar márgenes», dice Enrique Quintana.

Asimismo, el tercer riesgo ya no depende del todo de México, pues se trata de una situación macro con una guerra comercial amplia que enfriaría el ciclo global.

México tiene ventajas comparativas como la geografía, el T-MEC, la escala y el costo total, pero debe explotarlas de manera adecuada.

¿Cuáles son las prioridades urgentes para México?

La primera es contar con energía suficiente, que sea confiable y limpia, ya que el nearshoring sin electricidad no tiene futuro.

El segundo es mejorar la velocidad de los trámites para parques industriales, en las aduanas y permisos ambientales y sanitarios.

Mientras que un tercero es tener una plataforma nacional de origen que documente insumos, transformaciones y pruebas que blinden a México de triangular con Asia, además de contar con capital humano calificado y capacitado.

“Para México es la hora de comportarse como país de manufactura avanzada: reglas claras, energía lista, cumplimiento serio y ejecución rápida. Si lo hacemos, la etiqueta ‘Hecho en México’ no será un eslogan, sino la respuesta racional de miles de compradores que hoy redibujan sus mapas”, dijo Enrique Quintana.

Aunque Trump y EU pueden cambiar de opinión, como ha ocurrido anteriormente, por lo pronto el eje trazado está en que haya menos China en Norteamérica.

Con información de EFE y Enrique Quintana

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