La semana pasada durante la primera ronda de Wimbledon se tuvo la grata y espontánea reacción de todo el estadio de agradecer, y aplaudir la gran contribución de Sara Gilbert. Los espectadores ovacionaron de pie a la desarrolladora de la , a quien se le atribuye el co-desarrollo de la vacuna Oxford-AstraZeneca. Fue reconocida, después de que Gilbert fuera aclamada como una ‘líder’ en la lucha contra el coronavirus por el locutor de Wimbledon, quienes la rodeaban se pusieron de pie, y comenzaron un conmovedor aplauso de un minuto, el momento pronto se volvió viral en las , y muchas personas celebraron al público presente en Wimbledon por su acción. Lo cual ha hecho un efecto dominó positivo de reconocimiento alrededor del mundo.

En las recientes generaciones, ninguna enfermedad ha representado una amenaza tan grande para la salud mundial y económica como el coronavirus. La cual, ha estimulado a incontables personas a realizar actos sin precedente de inspiración, coraje, humanidad, y lucha, incluso a costa de sus propias vidas.

Si alguna vez hemos necesitado héroes ha sido durante este periodo de cuarentenas prolongadas, y múltiples olas de contagio que seguimos sufriendo. La de COVID-19 ha creado sanitarios, sociales, y económicos sin precedentes, especialmente para los más vulnerables entre nosotros. La buena noticia es que muchas personas de todos los ámbitos están haciendo su parte para ayudar; tal es el caso de los trabajadores de la salud, científicos, bomberos, limpieza, policías, trabajadores humanitarios, voluntarios, participantes en ensayos de vacunas, y todos ciudadanos solidarios que se preocupan por sus vecinos.

Es de reconocer el trabajo de miles de científicos del mundo que apresuraron 10 años en promedio histórico sus desarrollos e investigaciones, a menos de 1 año para desarrollar vacunas contra el coronavirus. Fueron más de 150 vacunas candidatas durante el proceso demostrándonos que aún en tiempos difíciles para todos, hay una vocación, y exigencia que coloca al personal de la salud en la principal línea de atención frente a la pandemia del COVID-19 haciéndolos sin duda los grandes héroes en esta .

En las 220 naciones donde se ha propagado la pandemia con más de 185 millones de contagiados, y más de 4 millones de fallecimientos; los médicos, enfermeras, asistentes de cuidado, y todos los trabajadores de la salud trabajan día y noche para cuidar a los afectados por COVID-19 y merecen el mayor reconocimiento público. En China, por ejemplo, se reconoció a su gran labor en más de 50,000 pantallas digitales que iluminaron las fachadas de los edificios más reconocidos de casi 20 ciudades con los rostros de profesionales de la salud que asistieron a pacientes contagiados por COVID-19. Con fotografías gigantes alumbrando las calles, China quiso dar las gracias a quienes arriesgaron todo, y siguen arriesgando su vida para cuidar a los afectados de una pandemia. Asimismo, en muchos otros lugares hemos visto imágenes de como reciben con aplausos al personal de salud que viene de regreso después de largas jornadas de trabajo.

También hemos conocido héroes anónimos que contagian con su en medio de la pandemia, ayudando a tranquilizar los miedos, la angustia, y las necesidades a veces con pequeñas acciones como comunicarse con vecinos aislados, y en otras ocasiones a través de grandes proyectos como una red de cocineros y distribuidores para entregar comidas a los más necesitados.

Desde conductores de ambulancias hasta trabajadores staff de los servicios de salud, o incluso los miles de voluntarios que son parte de las enormes brigadas de salud para la vacunación arriesgan su vida, y entregan su tiempo para que miles de personas podamos ser beneficiados de una vacuna, un traslado en emergencia, o incluso un café a la mitad de la madrugada.

Al conectar a las personas dispuestas en apoyar a los más necesitados, se empieza a contagiar lo que realmente necesitamos en estos momentos, un sentido de solidaridad en medio de la pandemia que estamos enfrentando juntos.

Mi más sincero reconocimiento a todos los héroes de la pandemia que todos esperamos salir pronto, más fortalecidos y ya como parte de nuestro DNA ser todos ciudadanos solidarios.

El autor es Director General de AdeS para América Latina y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.

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