Alejandra Marcos y Santiago Fernández, directora y subdirector de análisis en Intercam Grupo Financiero estiman que en el próximo año el Producto Interno Bruto (aumente entre 1.5% a 2.5%, con una cercana a 5.5% al cierre, un aumento de al menos 125 puntos base a la tasa de referencia en para ubicarla entre 6.50%-7% para finales del año y un cierre en la paridad de 22.5 pesos por dólar.

En su documento de análisis opinión “Perspectivas 2022” presentan las bases de sus escenarios y los riesgos que se tendrán en el año de referencia:

Producto Interno Bruto

Parte del crecimiento será inercial por la contracción económica del 2020 y el consecuente rebote en el año 2021. Además, la economía aun presenta holgura suficiente; de acuerdo con cifras de Banco de México la brecha de producto es del 4.96% lo que da espacio suficiente para poder crecer aún sin haber presenciado un nuevo ciclo virtuoso de inversión. Ante ello estiman que la actividad económica en el año aumente entre 1.5% a 2.5%.

El factor determinante para el crecimiento del siguiente año serán las exportaciones. La demanda en aún se mantiene reprimida, y el crecimiento económico esperado para el siguiente año es del 3.5% mayor al potencial (1.8%).

Este crecimiento en la demanda agregada de nuestro principal socio comercial es la parte medular del incremento esperado en la actividad económica de nuestro país, considerando que el 80% de las exportaciones tienen como destino final Estados Unidos; además, las exportaciones representan el 27% de la demanda agregada de la economía mexicana.

En cuanto al consumo, esperan un crecimiento, pero será de regresión hacia la media, impulsado por la recuperación en la creación de empleos, pero con riesgos importantes como las presiones en la inflación y menores ingresos en términos reales.

Las remesas seguirán contribuyendo positivamente en los ingresos de las familias, pero no se replicará el crecimiento exponencial que hemos presenciado durante los últimos dos años.

En cuanto a la inversión, los mensajes del hacia la iniciativa privada han generado un clima adverso para detonar un nuevo ciclo de inversión, por lo que será solamente el reemplazo de depreciación y amortización, pero no será suficiente para mover sustancialmente el crecimiento esperado en la economía ni en el corto ni en el mediano y largo plazos.

Las serán en aquellos sectores productivos que se vean beneficiados de las exportaciones y que el crecimiento en la economía será desigual por sectores y regiones. La inversión pública se mantendrá enfocada en los proyectos insignia de la actual administración cuya rentabilidad es cuestionable.

Inflación

No muestra signos de moderarse al cierre de 2021 y para 2022 su descenso será lento, a pesar de que se estimaba un efecto temporal en los por los choques causados por las disrupciones en cadenas productivas, el alza de energéticos y de bienes agropecuarios, las presiones inflacionarias no han mostrado signos de moderarse. Consideran que veremos una inflación cercana a 5.5% al cierre de 2022, con una caída más lenta a la estimada actualmente por el Banco de México.

El principal motivo es que no se espera que las cadenas productivas se normalicen sino hasta finales de 2022, lo que mantendrá las presiones sobre productores para trasladar mayores costos al consumidor. Dado que buena parte de este fenómeno se manifiesta en la inflación subyacente, creen que su reversión será difícil e implicará esfuerzos más importantes de Banxico.

En un entorno en el que la monetaria en Estados Unidos comienza a normalizarse, se esperaría ver depreciación en el tipo de cambio, lo que contribuirá como factor adicional de inflación; además de que no deben descartarse nuevos choques provenientes de la volatilidad en los precios de energéticos.

Tasas de referencia

Prevén un aumento de al menos 125 puntos base a la tasa de referencia en México para ubicarla entre 6.50%-7% para finales del año. Los riesgos a la inflación son considerables y la conducción de la política monetaria en México y en Estados Unidos podría tener un impacto considerable en sus proyecciones.

Banco de México (Banxico) ha iniciado un ciclo restrictivo desde junio de este año, ante una trayectoria de inflación que se ha desviado consistentemente de las propias expectativas del organismo central. La inflación ha presenciado varios choques, pero el mensaje del Banco Central es evitar efectos de segundo orden en la formación de precios.

En ese sentido, las decisiones se han concretado por el mínimo margen posible, ante una junta de gobierno claramente dividida. Con el retiro de Arturo Herrera y la designación de Victoria Rodríguez Ceja como la próxima gobernadora del Banco Central, se han generado dudas en torno a la trayectoria de la tasa objetivo. El “deber ser” del organismo central será combatir a todas luces una inflación que se ha acelerado de manera significativa.

Adicionalmente, la conducción de la política monetaria en México estará sujeta a la recalibración de la política monetaria en Estados Unidos, donde se vería un desvanecimiento del programa de compras de activos tan pronto como en la primera mitad del año siguiente, para subsecuentemente comenzar a subir las tasas de los fondos federales en la segunda mitad del 2022.

Tipo de Cambio

Consideran una tendencia de alza en el dólar, conforme en Estados Unidos se inicie la normalización monetaria, bajo considerables riesgos de inflación, opinan que la depreciación sea moderada, pero constante, por lo que proyectan un cierre de 2022 en 22.50, aunque el escenario podría variar de acuerdo con la evolución de la inflación en Estados Unidos y la agresividad de las acciones de la Reserva Federal (FED).

Su escenario base contempla una inflación más persistente en Estados Unidos, pero acciones graduales y bien telegrafiadas por parte de la FED, que eviten episodios de marcada volatilidad.

Bajo este escenario, el tipo de cambio mantendría una tendencia de alza durante 2022, conforme las tasas de interés en Estados Unidos se ajustan al alza y favorecen al dólar a nivel global. Además, esperamos que la dinámica de superávit en la cuenta corriente de México, visto en 2020 y la primera mitad de 2021, desaparezca y deje de respaldar al peso.

Riesgos en el panorama

Externos

Desarrollo de la . La reciente variante Omicron ha puesto en duda la recuperación esperada de la economía global en el 2022. Las restricciones en los diferentes países han sido únicamente a los viajeros, pero si existieran nuevas variantes o un incremento sustancial en los casos podríamos esperar medidas de mitigación que pongan en riesgo a la actividad económica mundial.

Inflación y cadenas de suministro. Es posible que los choques en las cadenas de suministro tengan un efecto más persistente y no se resuelvan tan rápido como se está esperando, lo que podría modificar las expectativas de inflación. Ello irremediablemente continuaría modificando la trayectoria de inflación a nivel mundial

Recalibración política monetaria en Estados Unidos. Los mercados han incorporado que en la siguiente reunión de política monetaria por parte de la Reserva Federal se anunciará un aumento en el programa del tapering por el orden de 15 mil millones de dólares adicionales. A la postre la FED dejará de comprar cada mes 30 mil millones de dólares y con ello el programa de compra de activos se desvanecerá antes de lo previsto.

Internos

. Una mayor inflación aparejada con un aumento en el costo del dinero implica una menor disponibilidad de recursos para el gasto público. Por otro lado, cabe esperar menores ingresos públicos en términos reales.

Conducción de política monetaria en México. Ante una inflación que se mantiene elevada, los riesgos de conducción en la política monetaria no son menores. Dada la conformación de la Junta de Gobierno del organismo en el 2022, existe el riesgo de que se incline a pausar antes de continuar modificando al alza las tasas objetivo.

Reforma eléctrica. La política energética sigue siendo controversial y en 2022 jugará un papel importante en el panorama de riesgos. Se espera que hacia el mes de abril se discuta y se vote la Reforma Eléctrica propuesta por el Ejecutivo. Si bien las probabilidades de su aprobación tal cual como fue presentada son bajas, la reforma implica un riesgo con respecto a la seguridad de la inversión extranjera en el país y el clima de negocios en México.

Cuenta corriente. En 2022 la cuenta corriente dejará de presentar superávit y vuelva al comportamiento deficitario que le caracteriza. Esto representa un riesgo en tanto continúen registrándose salidas de capitales extranjeros en los mercados de deuda gubernamental.

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