Si se mantiene el crecimiento económico actual, y la caída en la producción de en 2030, solo será capaz de abastecer 10 por ciento de la demanda total, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ().

En su estudio El gas natural en México, el organismo advierte que el país tendría un riesgo muy alto pues cuenta con una infraestructura de almacenamiento insuficiente, además de que alrededor de 95 por ciento del total de las provienen de un solo país: Estados Unidos.

En este sentido, la Cepal señala que la situación de México es única en el mundo, pues es la nación que importa mayor cantidad de gas natural de una sola fuente, que entra principalmente por Tamaulipas y únicamente cuenta con dos gasoductos, situación que puede generar disrupciones en el servicio en casos de emergencia.

Actualmente, dice el reporte, la producción de gas apenas permite cubrir 30.3 por ciento de la demanda, mientras que el resto corresponde a importaciones.

Además, el organismo refiere que las importaciones aumentaron 20 veces en los últimos 10 años. En 2010 se importaban 281 millones de pies cúbicos diarios, mientras que en 2020 el número aumentó a cinco mil 686 millones de pies cúbicos al día.

Los Estados Unidos se posicionaron prácticamente como proveedor único a partir de abril de 2020, porque el abasto por gasoducto es más barato y las importaciones de gas natural licuado de otros países han perdido competitividad, indica la Cepal.

Otro factor que juega en contra de la producción de gas natural en el país es que de acuerdo con estimaciones de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, en el país hay más reservas de que de gas, con una proporción que representa 60 por ciento de crudo y 40 por ciento de la molécula.

En este sentido, la Cepal advierte que las reservas totales alcanzarían para 17 años, mientras que las reservas probadas cubren apenas seis años de consumo, situación que no está a la altura de las necesidades de la economía nacional en el mediano y largo plazo.

¿Se puede corregir?

De acuerdo con el documento de la Cepal, que retoma datos de la CNH, el país tiene reservas suficientes de gas natural para corregir esta situación; sin embargo, las inversiones de Pemex se concentran en la extracción de petróleo.

“El gas quedó relegado a un segundo plano a partir de que el precio del petróleo se elevó sustancialmente en 2007-2008 y el precio del gas en los Estados Unidos descendía por el boom del shale gas. La caída de la producción era resultado del agotamiento natural de los campos maduros, pero sobre todo de la falta de inversiones en las actividades de exploración y extracción principalmente en aguas profundas y en yacimientos no convencionales. La disminución en las actividades exploratorias había repercutido negativamente en la restitución de reservas y en la plataforma de producción”, detalla el estudio de la Cepal.

De acuerdo con la CNH, en el país hay aproximadamente 248 billones de pies cúbicos de gas en el subsuelo, por lo que propuso elevar de manera sustancial la producción utilizando de manera eficiente las reservas y recursos prospectivos, de los que el 65 por ciento eran no convencionales.

“México tenía la ventaja de que las cuencas del noreste (Burgos, Sabinas y Burro–Picachos) concentraban la mayoría de los recursos no convencionales y eran análogas a las del sur de los Estados Unidos, desarrolladas con mucho éxito”.

La mayor parte de las reservas de gas natural y recursos prospectivos convencionales se encontraban en la región Sureste y la cuenca de Tampico-Misantla, así como en el Golfo de México Profundo, respectivamente.

Así, la mayor parte de la futura producción vendría de aguas profundas y shale gas del norte del país. Ello sin contar que las provincias de Tampico-Misantla, Sureste y Golfo de México Profundo eran ricas en precursores petroquímicos que podrían impulsar esa industria.

Para la CNH, la estrategia de incremento de la producción de gas debía tener cuatro componentes: el desarrollo de los campos prioritarios de Pemex, las asociaciones de la empresa nacional con petroleras privadas, la reactivación de las rondas petroleras para ampliar las áreas de búsqueda y extracción de ese hidrocarburo y la alineación de los objetivos institucionales de cada una de las dependencias involucradas.

Con base en esta estrategia, la producción de gas alcanzaría cinco mil 545 millones de pies cúbicos en 2030, repartidos entre los campos tradicionales de Pemex, los campos prioritarios, los descubrimientos, las migraciones, así como las asociaciones de Pemex con privados y los campos de las rondas petroleras.

Sin embargo, para alcanzar esta producción, el país tendría que invertir 267 mil millones de dólares entre 2019 y 2030, lo que representa 22 veces el de la refinería de Dos Bocas, aunque el proceso no estaría libre de riesgos.

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