El presidente israelí, Isaac Herzog, lamentó hoy la aprobación parcial anoche de dos proyectos de ley incluidos en la reforma judicial impulsada por el Gobierno derechista de Benjamín Netanyahu e instó a continuar las negociaciones con la oposición para alcanzar una reforma consensuada.
«Esta es una mañana difícil, hay un clima de duelo», dijo este martes Herzog durante una conferencia organizada por el diario Yediot Ahronot.
«Hay una sensación de tristeza porque muchos ciudadanos de todos los sectores de la sociedad israelí, muchas personas que votaron por esta coalición, están ansiosos por la unidad de la nación», agregó el presidente, en alusión a la polarización social desencadenada por la reforma.
Estas declaraciones llegan poco después de que la Knéset (Parlamento) aprobara, en la primera de tres instancias, un proyecto que busca otorgar al Gobierno una mayoría en el comité de selección de jueces y otro que pretende restringir la capacidad del Tribunal Supremo para revisar y cambiar leyes.
Ambos proyectos se enmarcan en la polémica reforma judicial impulsada por el nuevo Ejecutivo de Netanyahu junto a socios ultraortodoxos y ultraderechistas y cuyos detractores dicen que socavaría la independencia de la Justicia, erosionaría la separación de poderes y debilitaría las bases formales de la democracia israelí.
«Debemos hacer todo lo posible para que después de esta votación sea posible continuar las negociaciones para llegar a un esquema acordado que nos saque de este período difícil y de lugar a una reforma constitucional consensuada», agregó hoy Herzog, quien durante las últimas semanas ha intentado facilitar un diálogo al respecto entre el Gobierno y la oposición.
Uno de los principales obstáculos de las negociaciones ha sido la negativa del Ejecutivo ante el pedido de la oposición de frenar los trámites legislativos a la reforma en su texto actual para así poder debatir sobre una versión alternativa.
Las palabras del presidente llegan también poco después de una masiva manifestación ayer frente a la Knéset en Jerusalén, que sigue a casi dos meses de incesantes protestas contra la reforma, tanto por parte de la sociedad civil y ciudadanos de a pie como desde el sector privado, entre otros.
«Ya dije hace unos días que esta disputa se puede resolver y lo repito enfáticamente. Esta disputa se puede resolver, se puede llegar a una solución. La mayoría de la gente quiere una solución, la mayoría de la gente quiere una reforma consensuada», cerró Herzog.