Los beneficiados por la prohibición del glifosato en , ya se están viendo:

  • Importadores de Granos a México: Han incrementado sus importaciones  desde la sustitución gradual del uso, enajenación, distribución, promoción e importación de glifosato, culminando con su total prohibición a partir del primero de abril del 2024.
  • Productores de granos en Estados Unidos: Han aumentado sus exportaciones a México desde la implementación de la prohibición del glifosato.

¿A quiénes perjudicaría?

  • Productores Agrícolas Mexicanos: Se enfrentan a una pérdida de competitividad debido al incremento de costos y a la reducción en la producción.
  • A México: Nuestro país enfrenta un mayor gasto de divisas para importar granos, una disminución en la productividad y un aumento en el precio de la tortilla, efectos que ya están ocurriendo.

      El glifosato es el herbicida más utilizado en la agricultura moderna, caracterizado por ser sistémico, postemergente y de amplio espectro. Debido a su eficiencia y bajo costo, es esencial para controlar malezas que reducen la productividad agrícola.

Aspectos relacionados con la :

En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó al glifosato como «probablemente cancerígeno para los humanos” (Grupo 2A); una categoría que incluye: tomar bebidas muy calientes, consumir carne roja o el oficio de peluquero. Hay que subrayar que la IARC no realiza investigaciones propias, basó su clasificación en ocho estudios, que se consideraron no concluyentes. Por otro lado, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) analizó 15 estudios y determinó que los hallazgos de la IARC no eran concluyentes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual es parte la IARC, en coordinación con la FAO, declaró que «es poco probable que el glifosato sea un riesgo carcinógeno para los seres humanos a través de la dieta». En línea con esta postura, el Ministerio de Salud de Canadá afirmó que «ninguna autoridad reguladora de pesticidas en el mundo considera que el glifosato represente un riesgo de cáncer para los humanos en los niveles a los que los humanos están actualmente expuestos”.

En 2020, la EPA reiteró su posición, declarando que «no hay riesgos de preocupación para la salud humana cuando el glifosato se usa según su etiqueta actual y que es poco probable que el glifosato sea un carcinógeno para los humanos».

El 16 de noviembre del año pasado, la Comisión Europea renovó la autorización para el uso del glifosato en Europa por otros 10 años, tras confirmar que no hay preocupaciones extremas que impidan su renovación. Esta decisión se basó en evaluaciones exhaustivas realizadas por la Autoridad Europea de Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).

Otras agencias sanitarias y reguladoras de plaguicidas en países como Brasil, Nueva Zelanda, Australia, Argentina, Alemania, Corea y Japón, así como en el resto de Asia, Europa, América, África y Oceanía, han avalado la seguridad del glifosato dentro de sus normativas vigentes.

De concretarse la prohibición del glifosato a partir del 1 de abril de este año, los más afectados serían los productores agrícolas mexicanos, de todos los tamaños, quienes tendrían que recurrir a alternativas menos eficientes y más costosas, lo que conllevaría a una pérdida de productividad y competitividad.

Aunque como mexicanos valoramos la preocupación de las autoridades por nuestra salud, la cancelación o prohibición del uso del glifosato, de acuerdo con las principales agencias sanitarias internacionales, no implicaría una mejora en la salud de los mexicanos. Sin embargo, esta medida afectaría negativamente la productividad y competitividad de nuestros productores agrícolas.

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