El de la Federación (PEF) 2025, presentado por el federal mexicano, refleja un esfuerzo por reducir el tras un gasto expansivo en 2024. Aunque el total crece nominalmente, en términos reales se observa una reducción significativa, lo que tendrá implicaciones en diversos sectores socioeconómicos, las y las finanzas locales. A continuación, analizamos los principales impactos esperados.

Reducción del : Un Ajuste Necesario pero Doloroso

El presupuesto total para 2025 asciende a 9.3 billones de pesos, lo que representa una disminución real del 3.3% respecto a 2024. Este ajuste responde a la necesidad de reducir el déficit presupuestario, que pasará del 5% del PIB en 2024 al 3.2% en 2025. Sin embargo, el recorte más significativo ocurre en el gasto programable (recursos destinados a servicios públicos y programas sociales), que disminuirá un 7.3% en términos reales, pasando de 6.68 billones de pesos en 2024 a 6.45 billones en 202512.

La inversión física, clave para infraestructura, sufrirá una caída aún mayor, con un recorte del 12.7%, lo que afectará proyectos estratégicos y la generación de empleo1. Estos ajustes reflejan una estrategia de consolidación fiscal, pero también plantean desafíos importantes para el desarrollo económico y social.

Impacto Socioeconómico: Salud y Educación en Riesgo

Los recortes presupuestales tendrán un impacto directo en áreas fundamentales como salud y educación:

  • Salud: El gasto destinado a este sector se reducirá significativamente, representando apenas el 2.5% del PIB, muy por debajo del estándar del 6% recomendado por la OMS. Esto podría agravar la crisis de acceso a servicios médicos, especialmente para los sectores más vulnerables, donde ya más de 50 millones de personas carecen de cobertura médica adecuada3.
  • Educación y cultura: Este rubro también sufrirá una disminución del 1.25%, equivalente a 14.5 mil millones de pesos menos que en 2024. Esto podría limitar los esfuerzos para reducir las brechas de desigualdad educativa y afectar programas destinados al desarrollo humano3.
  • Programas sociales: Aunque se garantiza el financiamiento para programas prioritarios como las pensiones para adultos mayores, otros grupos poblacionales como infancias y juventudes recibirán solo el 22% del presupuesto destinado a programas sociales, lo que podría aumentar las desigualdades intergeneracionales2.

Empresas e Infraestructura: Menor Impulso al Crecimiento

La reducción en inversión física tendrá un efecto adverso sobre la economía privada. Sectores como la construcción y las industrias relacionadas con grandes proyectos gubernamentales enfrentarán una contracción significativa debido al menor gasto público en infraestructura. Esta situación podría limitar el crecimiento económico proyectado entre el 2% y 3% para 2025, según estimaciones oficiales, aunque analistas independientes prevén un crecimiento más modesto cercano al 1%12.

Además, la falta de estímulos fiscales o incentivos adicionales para las empresas podría dificultar su recuperación tras años complicados por la pandemia y los económicos globales.

Gobiernos Estatales y Municipales: Un Respiro Relativo

A diferencia de los recortes generales, los estados y recibirán mayores recursos gracias al incremento del 6% en las participaciones federales, alcanzando un total de 1.34 billones de pesos. Este aumento proviene principalmente de una mayor recaudación federal participable (RFP)4. Sin embargo, es importante señalar que estos recursos son de libre disposición y no necesariamente se destinarán a áreas críticas como salud o educación.

Aunque este incremento es positivo para los gobiernos locales, persiste el reto de mejorar la eficiencia del gasto público estatal y municipal para atender las necesidades prioritarias.

Retos y Oportunidades

El Presupuesto de Egresos 2025 refleja un esfuerzo por equilibrar las finanzas públicas tras años de expansión fiscal. Sin embargo, los recortes significativos en áreas clave como salud, educación e infraestructura podrían tener efectos negativos duraderos sobre el bienestar social y el crecimiento económico.

Para mitigar estos impactos, será crucial priorizar la eficiencia en el uso de los recursos disponibles, así como fortalecer los mecanismos de colaboración entre los distintos niveles de gobierno y el sector privado. Además, es fundamental avanzar hacia una reforma fiscal integral que permita aumentar los ingresos públicos sin depender exclusivamente del ajuste al gasto.

En este contexto, tanto la población como las empresas deberán adaptarse a un entorno más austero mientras se busca un equilibrio entre sostenibilidad fiscal y desarrollo socioeconómico.

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Referencias:

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