En Colombia a los niños les dicen pendejos, mientras que en , algunos pendejos son los que no lograron superar la infancia, aunque eso no agota la diferencia entre ambos. Don Hermenegildo L. Torres sabía de lo que hablaba cuando creó el PUP, el Partido Único de los Pendejos, y partiendo del principio de que todos son pendejos, los que lo negaran pasarían automáticamente al PyP, Presumido y Pendejo. Ese partido se creó en la época en que el PRI era el único partido único, así que podemos sospechar que el PUP lo suplantó, o tal vez eran lo mismo.
La primera vez que le dije a un argentino que en ocasiones para el desayuno comíamos conchas, me vio con cara de sorpresa y admiración, porque en su país, esa palabra describe al órgano sexual femenino. Así que cuando le describí las conchas que había de chocolate, vainilla y estaban muy azucaradas, empezó a sospechar que nos referíamos a cosas distintas.
Las culturas diferentes le asignan significados distintos a palabras iguales y no cuesta mucho trabajo poder entender las diferencias.
Pero resulta que no son solamente las palabras las que pueden ser engañosas, sino también otros conceptos, por ejemplo los colores.
En China el color blanco es el color tradicional del duelo, ya que ha sido asociado con la muerte, mientras que en occidente ese papel lo tiene el color negro.
Grandes civilizaciones como la romana y la griega aceptaban la homosexualidad, el kamasutra propone tener relaciones homosexuales, mientras que los cristianos lo condenan y en los países musulmanes los matan.
Hablar de implica reconocer, aceptar y tolerar las diferencias de todo tipo. Aceptar distintas concepciones de vida y de mundo, no se trata de aceptar colores de ropa para procesos individuales como el luto, sino muchos derechos, por ejemplo el derecho a decidir si creer y en cuál dios creer, así como la forma de adorarlo. El derecho a decidir sobre el cuerpo, la vida y la muerte propia.
Las diferencias incluye las ideológicas, no puede justificarse de ninguna manera los asesinatos usando como excusa las creencias, como sucedió en Indonesia donde mataron a un millón acusados de comunistas, o los 3.3 millones en Cambodia por no ser comunistas, o 6 millones de judíos por ser judíos.
La memoria selectiva esconde aquellos actos que no se quiere o no conviene que sean recordados, como el genocidio armenio en el que mataron a entre 600 mil y 1.2 millones de personas y que el turco se aferra en enterrar para que no se hable de él.
Los promotores de la memoria selectiva se ocupan de generar las condiciones para que la sociedad y el mundo no se enteren de los desastres que avergüenzan. Es el caso de los negacionistas del holocausto, de la violación y asesinato de mujeres y bebes el 7 de octubre en Israel.
Una forma de promover el negacionsimo es crear zonas de silencio, lo que se hace asesinando periodistas, o sea a los testigos presenciales y como se piensa que lo que no se ve no existe, al matar a los que ven, se piensa que se eliminó el suceso que se desea esconder.
Tal vez eso es lo que sucedía en el rancho en , donde se “desaparecía” a las víctimas y hasta se usa a Auschwitz como referencia para mostrar las similitudes. También los nazis guardaron los símbolos del exterminio o tal vez no les dio tiempo de deshacerse de ellos por la rapidez que le imprimieron al crimen. Los zapatos apilados dan una idea de la brutalidad con la que se disponía de los cuerpos.
Acabo de ver la película El Arte de matar (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn 2012) y estruja ver a los psicópatas que relatan sus asesinatos sin remordimientos y hasta cantando y cuya preocupación era desaparecer los cuerpos, pero siempre tenían el río para hacerlo.
Se dice que es más doloroso tener un desaparecido que a un muerto, al fallecido se le despide y se le recuerda con el luto, con el desaparecido se mantiene viva la memoria y no se puede cerrar el ciclo de la vida. Pero el asesino sabe, que hace daño cuando asesina y cuando mantiene viva la expectativa de que regrese el desaparecido, con lo cual mantiene aterrorizada a la sociedad para que se congele y no actúe.
Ese es el significado perverso del crimen y de la impunidad.
@shmil50

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