Aunque en varias áreas es incipiente, en las actuales condiciones no es posible ignorar la presencia del grupo de países BRICS, tanto en las funciones, como en la organización y perspectivas políticas del mundo. Como se sabe, los BRICS fueron originalmente formados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, de allí sus siglas. En medio de dificultades y del establecimiento de finalidades secuenciales, la agrupación ha tratado de mantener vigencia y de consolidarse.

La expansión de otro dominio económico

Uno de los objetivos del grupo es tratar de consolidarse como una plataforma de cooperación económica y política partícipe en el actual orden mundial. Se participa con ello en la conformación de un mundo multipolar, en donde -indiscutiblemente- las locomotoras del crecimiento económico están conformadas por Estados Unidos, Europa y China, además de los países emergentes. Es en esto último donde se ubican los BRICS.

Se hace evidente que el grupo BRICS ha experimentado un crecimiento notable especialmente en los últimos 10 años. Esta consideración abarca, por ejemplo, desde criterios de influencia global al ampliar el número de integrantes. Nótese al respecto que ya en enero de 2024 el bloque incorporó a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Es posible señalar que esta expansión constituye un intento de influencia hacia la consolidación de un contrapeso a las instituciones económicas y financieras que tienen un mayor dominio en los países occidentales. Considerando más específicamente el criterio económico, los BRICS combinados representan una parte sustancial del total de producción mundial -producto interno bruto PIB, del planeta- y algo también sobresaliente: contienen casi un 40% de la población mundial.

Por otra parte, es de puntualizar que sus economías, aunque diversas en estructura y nivel de desarrollo -lo que sería un rasgo de heterogeneidad estructural- comparten el objetivo de promover un sistema financiero más descentralizado y menos dependiente de las monedas predominantes -dólar estadounidense y euro.

El Banco de los BRICS

A esa finalidad también contribuiría la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), conocido como el «Banco de los BRICS». Se trataría en este caso de una ilustración de cómo el grupo trata de consolidar su entramado institucional.

En el ámbito político, el grupo BRICS trata de buscar una mayor representatividad a partir de los países emergentes; esto se pone de manifiesto ya sea en Naciones Unidas como en el Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional. Un rasgo evidente en este sentido es que han abogado por reformas organizativas que reflejen la creciente influencia de las economías del sur.

La guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas han reforzado la cohesión del grupo en su postura de no alineamiento y en la búsqueda de soluciones multilaterales. En este caso se hace alusión a la participación de Rusia, sus nexos con China y con otras naciones pertenecientes al Sur de Asia.

Retos y finalidades

En cuanto a la agenda y las aspiraciones de los BRICS en el futuro mediato, no dejan de detectarse desafíos importantes. Uno de ellos se refiere a la diversificación de sus economías y la creciente interdependencia comercial entre sus miembros. Esto tiende a identificar una perspectiva de potencial crecimiento de producción, pero a la vez exige esfuerzos para concretar complementariedad productiva.

Retos en la misma dirección de la consolidación económica pueden identificarse en la gestión de políticas monetarias, cambiarias y fiscales entre y dentro de los países, la dinámica funcional de diferentes monedas, la cooperación en áreas como la tecnología y la energía, y el fortalecimiento de nexos bancarios para el crecimiento y la competitividad.

Respecto a las funciones que desempeña Brasil dentro del bloque y como parte muy importante en el contexto latinoamericano, es de advertir que, como miembro fundador, la dirigencia desde Brasilia ha desempeñado un papel crucial en la articulación de los objetivos de los BRICS. Históricamente, la política exterior brasileña ha abogado por el multilateralismo y la cooperación Sur-Sur, principios que se encuentran en convergencia con la visión de los BRICS.

Una consolidación diferente en un mundo volátil

Con base en las finalidades propias de Brasil, el grupo BRICS le permite diversificar sus relaciones comerciales y financieras, lo que a su vez tiende a reducir su dependencia de los denominados mercados tradicionales. El banco de desarrollo del grupo ha sido desde ya, una fuente importante de financiamiento para proyectos en Brasil, y la cooperación con los otros miembros ofrece oportunidades para el desarrollo de infraestructuras, la transferencia de tecnología y la expansión de mercados para sus productos.

Esto último es clave para Brasil, tratando con ello de superar los mercados confinados al Mercado Común del Sur -MERCOSUR- en donde se hace volátil la posición especialmente de la actual Argentina de Milei, quien a propósito tomó recientemente la decisión de no pertenecer a los BRICS.

En medio de la gran inestabilidad política y económica que se tiene actualmente en el mundo, con lo volátil de escenarios y relaciones de poder, derivadas esencialmente de Rusia, Estados Unidos, Europa y China, es evidente que el grupo BRICS se encuentra aún en fase de consolidación. La convergencia de intereses a partir de cada nación que lo integra puede asegurar una funcionalidad eficaz, pero para ello se deben coordinar posiciones de manera permanente, dada la divergencia de aspiraciones que aún se mantienen, por ejemplo, en el caso de India y China

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