En México, la educación representa uno de los retos más grandes para la política pública.

Aunque ha habido algunos avances, el gasto público en este rubro es bajo —según los parámetros globales—, el acceso no es universal, la calidad es difícil de medir, la infraestructura es insuficiente y la vinculación con el mundo laboral es baja.

De acuerdo con la publicación Panorama de la Educación 2025 de la OCDE, se observa que México presenta tendencias en la educación distintas de las de otras economías similares.

Uno de los países que menos gasta en educación

Sólo por encima de Perú, México es el segundo país evaluado con el gasto público en educación más bajo. Según la OCDE, se destinan cerca de 2,790 dólares por estudiante durante su educación básica. Esto implica 51,833 pesos desde la educación primaria hasta la media superior.

Este nivel de gasto es cuatro veces menor al promedio de todos los países de la OCDE.

Para dimensionar el gasto en educación respecto de los ingresos del país, un indicador más certero es el total de recursos como porcentaje de la producción nacional. En este caso, México también presenta uno de los más bajos: sólo 4 de cada 100 pesos se gastan educación (4.3%), de acuerdo con cifras de la OCDE.

Acceso a la educación se reduce en los niveles superiores

Otro de los grandes retos que se presenta el acceso efectivo a la educación; en México a medida que el grado escolar aumenta se reducen las tasas de matriculación. Esto se explica no sólo porque, a medida que crecen muchos jóvenes no pueden costear la educación, también porque en muchas localidades no existen unidades escolares suficientes o accesibles.

Pese a ello, el estudio de la OCDE mostró que —al menos en la educación básica— México ha logrado casi eliminar el rezago educativo (cuando los estudiantes tienen más edad de la esperada para su grado). Sólo el 1.1% de la matrícula presenta rezago.

Sin embargo, el gran reto está en la transición de la secundaria a la preparatoria, donde se pierde una gran parte de la matrícula de estudiantes. Poco más del 20% de los jóvenes en edad de cursar la educación media superior no están inscritos en ningún programa equivalente.

Quienes llegan a la educación superior, no lo tienen todo resuelto

Además de los bajos niveles de matriculación en la educación media superior (preparatoria o bachillerato) y superior (licenciatura y posgrado), México enfrenta otro problema: la vinculación educativa-laboral.

Hace algunas décadas, concluir la educación superior era uno de los principales motores de movilidad económica y social para las familias mexicanas. Las cifras y los estudios muestran que hoy no sucede así en la mayoría de los casos.

En gran parte debido a que tener un título de licenciatura o posgrado no se traduce en mejores oportunidades laborales.

El estudio de la OCDE encontró que en México incluso el nivel de desempleo aumenta entre la población con mayores niveles académicos: 2.7% para quienes sólo tienen la secundaria, 3.6% para quienes alcanzaron a terminar preparatoria y 4.3% para quienes llegaron a la universidad.

Pese a la dificultad para ingresar al mercado laboral, lo que sí se observa es una brecha importante en los ingresos de las personas con educación terciaria en comparación con quienes sólo alcanzaron el nivel medio superior: cerca de 56 por ciento.

Sin embargo, en México sólo 2 de cada 10 personas logran concluir una licenciatura o un posgrado a lo largo de su vida.

Estas cifras reflejan los grandes retos que persisten para una igualdad de oportunidades educativas y un impacto mayor en la movilidad social y económica.

Dejar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí