Una buena noticia nos llega del vecino del norte: está dispuesto a exentar a y Canadá del posible establecimiento de al acero y aluminio. Este asunto, junto con la visita de Jared Kushner a México, permite ser optimista sobre el posible derrotero de la renegociación del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte ().

Y es que si Estados Unidos hubiera impuesto dicho arancel a México y Canadá, las dos naciones hubieran tenido que decretar represalias comerciales. “Tú me pones aranceles al acero y aluminio, por dizque razones de seguridad nacional, pues yo, en consecuencia, te pongo aranceles a esto o aquello”.

No había alternativa porque, de no reaccionar frente a la acción unilateral de Estados Unidos, México y Canadá perderían credibilidad en la mesa de negociación del Tratado. Sin embargo, al reaccionar, se tensarían las relaciones en un momento toral donde las tres naciones están llegando al momento culminante de la renegociación.

Los negociadores están cerrando cada vez más capítulos del TLCAN dejando, al final, la resolución de temas donde existen claras diferencias. Son, al parecer, cuatro. Uno: reglas de origen para contenidos de la región, en específico de Estados Unidos, en la automotriz.

Dos: apertura de temporadas específicas para la exportación de productos agropecuarios a Estados Unidos cuando este país no esté produciendo este tipo de bienes. Tres: solución de controversias en tribunales nacionales en lugar de paneles trinacionales. Cuatro: cláusula automática de rescisión del Tratado en determinado periodo de tiempo.

Hasta ahora, México se ha opuesto a estos cambios. Vamos a decir, sin embargo, que, como en toda negociación, nuestro país ceda en las reglas de origen de la industria automotriz y en la solución de controversias a cambio de que Estados Unidos acceda en la no temporalidad agropecuaria y en la llamada clausula sunset.

De ser así, se podría llegar a un nuevo acuerdo, siempre y cuando, desde luego, también acepten los canadienses. Ciertamente, tendría un costo (admitir ciertas condiciones que son importantes para Estados Unidos), pero se acabaría con la incertidumbre de que el de Trump sacará a su país del TLCAN.

Cerrar la renegociación del Tratado abriría la puerta para cambiar la narrativa de tensión y enfrentamiento entre México y Estados Unidos. Quedaría pendiente —y eso no va a cambiar de aquí a que Trump deje la Casa Blanca— el tema del pago del muro fronterizo entre las dos naciones. Pero lo del muro —y su no resolución— va a ser una constante. Lo importante es cerrar las demás variables empezando con la más importante: el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte.

En este sentido, es excelente la señal que está mandando Washington de exentar a México y Canadá de los aranceles al acero y aluminio. Demuestra que existe voluntad del gobierno estadunidense de llegar a un acuerdo. Qué bueno.

A eso hay que sumar la visita relámpago que realizó ayer Jared Kushner a la . Con todo y el golpeteo que ha recibido últimamente el yerno de Trump en Estados Unidos, sigue siendo una de las personas más cercanas al Presidente de ese país. Sabida es la buena relación que tiene con el canciller Luis Videgaray. Hay que reconocer que ambos han tratado de tejer fino a pesar de los impulsos explosivos de Trump. No es poca cosa.

Kushner, al igual que muchos funcionarios en Washington, entiende la importancia de la relación bilateral. No sólo se trata del tema comercial sino de seguridad, migración, frontera y un largo etcétera. Qué bueno, en este sentido, que el influyente yerno haya venido a nuestro país y se haya reunido, según la prensa, por más de tres horas con el presidente Peña. Qué bueno que se mantengan abiertas las líneas de comunicación al más alto nivel. En , siempre será positivo el diálogo.

La mesa está puesta, me parece, para cambiar la narrativa de enfrentamiento entre México y Estados Unidos. Habrá que dejar a un lado el tema del muro donde nunca existirá acuerdo entre los dos países. Habrá que destrabar la renegociación del TLCAN. México y Canadá tendrán que ceder en algunos puntos. También Estados Unidos.

La clave es que Trump renuncie a sus berrinches y se comporte a la altura de un jefe de Estado. La pelota, me parece, está en su cancha. La exención de los aranceles del acero y aluminio, así como la visita de Kushner a México, son razones para incrementar el optimismo de que, al final, sí habrá un buen resultado.

Twitter: @leozuckermann

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