Por si algo malo le faltara a la economía mexicana, en el horizonte cercano los nubarrones empiezan a volverse oscuros nuevamente. En esta ocasión, las amenazas económicas están relacionadas con el desempeño de la inflación y el crecimiento económico, fenómenos que combinados se definen por parte de los economistas como Estanflación.

¿Qué es la estanflación?, ¿es un peligro real para ?, ¿cuáles serían sus consecuencias para la economía mexicana y, sobre todo, para las siguientes generaciones? Expliquemos todo no sin antes contextualizar el escenario en el que estamos parados.

Signos de alerta: inflación al alza y estancamiento económico

Dos cifras han encendido las alarmas entre quienes siguen de cerca la evolución de la economía mexicana, al grado de plantear escenarios que, de no modificarse, llevarían al país a una peligrosa estanflación, una de las peores “enfermedades” para cualquier economía. Estas cifras son: la trayectoria alcista de la inflación, que en la primera quincena de marzo rebasó el techo del rango de oscilación fijado por el Banco de México () desde hace años, definido como 2-4 +/-; es decir, un mínimo, o piso, de 2 por ciento; y máximo, o techo, de 4 por ciento.

El dato oficial muestra que la inflación anualizada en la primera quincena de marzo se ubicó en 4.09 por ciento en su versión subyacente (aquella que elimina los volátiles y que por lo tanto proporciona mayor certeza y confianza para medir la trayectoria); esta cifra no se observaba desde marzo de 2018.

Lo peligroso es que este desempeño inflacionario se combina con un estancamiento económico. Mucho se ha mencionado sobre el crecimiento esperado para este año, hasta ahora el optimismo sigue vigente y se espera un repunte promedio de 4.5 por ciento. El problema es que dicho “rebote” es apenas poco más de la mitad del desplome registrado el año pasado en el .

Así, el crecimiento esperado para 2021 debería acelerarse mucho más para compensar el derrumbe de 2020 y hablar de un verdadero repunte. Cálculos de analistas consideran que, de mantenerse en los niveles actuales, el crecimiento promedio de todo el año sería de 3.7 por ciento y pese a que el PIB fuera de 4.5 por ciento, hablamos de que sólo habría un incremento de 0.8 por ciento entre el crecimiento inercial luego de la caída del año pasado y el registro de todo 2021, un claro estancamiento que se reflejaría sin duda en 2022 y años venideros. La combinación económica de inflación sobre 4 por ciento o arriba, y crecimiento de apenas 1 por ciento, puede ser letal.

¿Qué es la estanflación?

El fenómeno se definió en 1965 en Inglaterra con palabras que lo dicen todo; según relatos de la época los economistas ingleses decían lo siguiente: “Tenemos el peor escenario posible; no sólo inflación por un lado o estancamiento económico por el otro, sino ambos juntos“. En América Latina Argentina ha vivido la estanflación en varias etapas de su económica, más recientemente en la década de los años noventa del siglo pasado.

En términos sencillos, la estanflación es un fenómeno en el que se combina una inflación alta con el estancamiento económico, algunos estudiosos también añaden como causal el creciente desempleo de la economía que la sufre.

Es uno de los mayores problemas al que se puede enfrentar una economía. Prácticamente todos los economistas consideran que es quizás el mayor reto que pueda enfrentar nación alguna, porque se trata de corregir al mismo tiempo dos de los grandes indicadores para las economías actuales: crecimiento e inflación.

Opinión: Inflación, el peligro que viene

El problema es que, por ejemplo, casi cualquier pública orientada a impulsar el crecimiento es inflacionaria. Asimismo, cualquier medida encaminada a contener la inflación impacta en un menor crecimiento económico. La estanflación es uno de los fenómenos que puede tener los efectos más devastadores conocidos hasta ahora: encarece el costo de la vida, sin crecimiento económico o con uno muy bajo, y genera condiciones de desempleo insostenibles.

¿Es la estanflación una amenaza para México?

A juzgar por el desempeño de los dos indicadores que la determinan, sí, México sí está frente a una amenaza real de estanflación. La trayectoria de la inflación no se encuentra ni siquiera cercana a las lecturas de otras épocas, pero eso no significa que no sea un problema. Su crecimiento ha rebasado toda expectativa, ya está por arriba del margen máximo de Banxico. Lo siguiente debe ser detectar cuáles son los factores que “dispararon” la inflación y cómo controlarlos. Al parecer, un factor determinante ha sido el incremento de los precios de los combustibles en los mercados internacionales, algo sobre lo que el banco central y el país no tienen mucho margen de maniobra.

Si con el paso de los meses la inflación vuelve al redil, el problema se habrá resuelto por sí solo. Pero si no es el caso, entonces tendrían que tomarse medidas para controlar el crecimiento de los precios, aunque muy probablemente con impacto en el crecimiento.

En lo que respecta al crecimiento, es muy claro que el desplome de 2020 pasará facturas, sin olvidar que la economía mexicana ya estaba en recesión desde 2019, es decir, existe un problema en el PIB desde antes de la pandemia. Para impulsar el crecimiento son indispensables dos elementos: confianza e inversión.

Todo indica que, en el primer caso, el de la confianza, no hay buenas noticias para México, ya que iniciativas como la contrarreforma eléctrica y de la Ley de Hidrocarburos cambian las reglas del juego e impactan justo en el ánimo de los capitales. El segundo caso, el de la inversión, es consecuencia directa de la disminución de la confianza. Caer en estanflación sería un duro golpe para la economía mexicana, no sólo por el reto que representa salir del problema, sino porque las políticas económicas actuales van a contracorriente del ciclo económico nacional e internacional.

Consecuencias en nuestro país si llega la estanflación

Si bien sería muy aventurado asegurar que un problema de estanflación llevaría al país a una “década perdida”, sí es muy probable que lo lleve a perder muchos años de crecimiento y desarrollo. Las experiencias de otros países hablan de un promedio de un lustro para salir de la estanflación, aunque Argentina estuvo casi toda la última década del siglo pasado luchando contra el fenómeno. Dos de las más graves consecuencias para cualquier nación que la padece es el desempleo galopante y el aumento de la pobreza, por si México no tuviera mucho que resolver en estos dos asuntos.

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