A los políticos hay que juzgarlos por lo que hacen, no por lo que dicen. Ahí está, por ejemplo, la diferencia entre los dichos de la coalición electoral del PAN, PRD y MC, Por al Frente, y sus hechos. Quieren, según ellos, cambiar el régimen político del país ya que, en el actual, existen abusos de poder. Y, sin embargo, algunas de sus candidaturas más importantes se las están dando a familiares de sus gobernadores. Una de dos: o el cambio de régimen es pura demagogia o están pensando en instituir el nepotismo en México.

El tema de cambio de régimen ha sido utilizado por los artífices del Frente como justificación para la coalición de partidos de ideologías divergentes. La idea es que se requiere una alianza de la derecha (PAN) e izquierda (PRD-MC) para modificar un sistema político que, a pesar de dos sexenios panistas, sigue teniendo características autoritarias que provienen de la época priista.

El día que se destapó como candidato presidencial del Frente, Ricardo Anayadijo: “Cambiaron algunas cosas en la superficie del iceberg, sí, y sintámonos orgullosos de esos avances, pero también asumamos con responsabilidad y con seriedad que las estructuras profundas del sistema priista quedaron prácticamente intactas”. Ejemplificó con la alianza del entonces presidente Calderón con la dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Elba Esther Gordillo. Por eso, Anaya propuso un cambio, pero no cualquier cambio, ya que López Obrador representa “ideas viejas y fracasadas”.

La oferta de un cambio de régimen es confusa y, en el mejor de los casos, atractiva para un pequeñísimo segmento del electorado. Distintos políticos del Frente, incluyendo a Anaya, han hablado de formar “el primer de coalición en la de México”. El concepto de “gobierno de coalición” ya existe en el artículo 89 de la Constitución. Al Presidente se le da la facultad de unirse “con uno o varios de los partidos políticos representados en el ”, asunto que “se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por la mayoría de los miembros presentes de la Cámara de Senadores”. Si están hablando de eso, pues claramente no es un cambio de régimen.

Un cambio de régimen implicaría modificar la Constitución para irnos a un sistema semi-presidencial o parlamentario. No me voy a meter en detalles de qué es eso porque no es el tema. Lo que sí voy a mencionar es que este asunto puede resultar muy interesante y atractivo para los avezados en los vicios y virtudes de los distintos regímenes democráticos. Pero creo que a la gran mayoría del electorado le vale un pepino: ni lo entienden ni lo quieren entender; lo que quieren son gobernantes que les resuelvan los problemas que más le preocupan: inseguridad, corrupción, faltas de oportunidades económicas, educación, salud, etcétera.

En lo personal, me encantaría un debate sobre qué tipo de régimen político nos convendría más. Pero yo no veo esta intención en los frentistas. Peor aún, lo que veo son acciones que ponen en entredicho su preocupación por un régimen menos abusivo del actual. Y me refiero al abuso, porque sí es un abuso, de que los gobernantes pretendan heredarle el poder a sus familiares. Esto, en buen español, se llama “nepotismo” y, como sabemos, es pernicioso para la .

El Frente habla de un cambio de régimen, pero su candidato a gobernador de Veracruz será Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del actual mandatario veracruzano, Miguel Ángel Yunes Linares. En Puebla, la candidata a gobernadora será Martha Erika Alonso, esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle, jefe político de Tony Gali, quien es el que se quedó a cuidar el rancho en una mini-gubernatura de dos años. Y en Morelos, el candidato del PRD a gobernador (ahí no habrá Frente) será Rodrigo Gayosso, hijo adoptivo del actual mandatario, Graco Ramírez, uno de los grandes promotores del supuesto cambio de régimen.

¿Cómo hacer compatibles los dichos y acciones del Frente? ¿Cambiar las reglas del poder y poner a la parentela como sus candidatos? ¿Demagogia o cambio de régimen hacia el nepotismo?

                Twitter: @leozuckermann

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