La derecha mexicana mostrando su bien reconocida prudencia le exige resultados al gobierno que no ha entrado y le repite hasta la saciedad que así no se hacen las cosas.
Ciertamente en el gobierno electo han surgido voces que mejor debieron guardar silencio, aunque no son tantas, pero de todas maneras, para la derecha una sola voz es demasiado.
Ya sea por ignorancia o por mala leche, o una combinación de ambas, ahora han desarrollado un nuevo mantra que pone: No son las formas.
AMLO está cumpliendo sus promesas de campaña. Anunció que cerraría el nuevo aeropuerto, que es una cueva de ladrones, hizo una consulta como había anunciado y después del voto de 1.6 millones confirmó su promesa. La derecha brincó: Esas no son formas, ¿cómo se le ocurre a alguien consultar a la sociedad, en un país acostumbrado a la imposición? Los comentócratas (comento ratas pone el corrector de la computadora, algo sabrá) que ven caer sus canonjías y privilegios olvidaron cuándo aplaudían al dedazo o cuándo las caricias del presupuesto los inducían al silencio frente al atraco que sufría el país.
La fracción parlamentaria de MORENA en el senado anuncia que introducirán una iniciativa de ley para limitar las comisiones abusivas que cobran los bancos; de inmediata la oligarquía y la derecha vociferan, Esas no son formas.
Los bancos llegan al extremo que decir que el país ha sufrido una pérdida enorme porque tiraron la bolsa de valores. Hay que precisar que el país no perdió nada, que perdieron algunos ingenuos que le creen a los “expertos” financieros cuando los embaucan, siendo víctimas de terrorismo financiero.
Pero van más allá y gritan que el senador que anunció el límite al abuso tiró la bolsa. Si ese senador tiene el poder de mover los fondos de inversión y las decisiones de compra-venta en la bolsa, entonces si que tiró la bolsa, pero la bolsa tiene nombre y apellido, no es un mecanismo mágico que responde ante estímulos fantasmagóricos. De ser así Merlín debió haber sido el mejor inversionistas.
Ninguna economía en el mundo se comporta como la bolsa de valores, no tiene sube y bajas drásticos, así que sería correcto se diera a conocer los nombres de aquellos con la capacidad de manipular a esa parte de la economía, que por cierto, tiene una capacidad muy limitada de crear empleos.
Así no, cómo se le ocurre a alguien afectar los intereses de bancos internacionales que sangran a la economía mexicana para beneficiar la de sus sedes. Ninguno de éstos bancos cobra en su país las comisiones que cobran en México, aunque nos digan que no estudiaron el asunto. Se me ocurre que si para esos bancos México no es negocio, podrían cerrar e irse. En 1909 Molina Enríquez determinaba como problema fundamental la ausencia de crédito para el desarrollo, hoy en día no solamente continúa esa ausencia, sino que además, los bancos sangran al país y se llevan el dinero.
La ampliación de la campaña del miedo es parte de un modelo de cacerolismo clásico cuya finalidad es cumplir con la máxima de Lampedusa: Hay que reformar todo para que no cambie nada. O sea, si no pudimos frenar la elección de López Obrador, forcémoslo a que no cambie el régimen de privilegio, ese régimen que ha hundido en la miseria más abyecta a 60 millones de mexicanos y le ha entregado el control del país a 32 familias, que lo único que buscan es enriquecerse cada día más, aunque para eso entierren mineros, o sangren la hacienda pública con devolución y evasión de impuestos.
Por eso así no, por eso frene sus ímpetus de justicia, de renovación, de modificar todo aquello que ha tirado a México, desde ser la 9 economía del mundo y una potencia media, para ubicarlo en un ejemplo mundial de podredumbre, de corrupción, de falta de competitividad; de ser expulsor de población y de vivir una fuga de cerebros de aquellos que ante la cerrazón para oportunidades de vida digna y creativa, se marchan para ayudar a engrandecer otros país.
Así no señores del capital. Mejor harían en aportar sus energía y su dinero para engrandecer al país y permitir que se corrijan las fallas estructurales que han generado con tal de hincharse de dinero. No es la forma de crear un capitalismo con equidad y posibilidades democráticas, el cacerolismo solamente lleva a la anulación de la democracia y el hundimiento de las posibilidades económicas, aunque ustedes ya tengan a salvo una buena parte de su fortuna.
