La derecha esparce mentiras y sube al debate temas falsos, con la intención de meter zancadillas y arruinar al país, nunca buscan hacer avanzar la . Ese es el plan de la derecha: desestabilizar por medio de rumores, mentiras, falsos debates, marchas, ya veremos que intentaran la escasez y la desestabilización del mercado, finalmente su sueño es y quisieran con todo su ánimo llevarnos hacia allá.

Aprovechando la pésima maniobra de ampliar el período gubernamental en Baja California de 2 a 5 años y que al parecer se logró con el viejo truco de comprar legisladores, la derecha vuelve a subir el tema de la reelección de López Obrador siendo que nadie lo ha planteado y que ha negado reiteradamente tener interés en reelegirse. Aunque el país requiere concentrar sus energías en otros temas, tal vez debamos abordar esta nueva distracción y abordar un debate de esa naturaleza.

Propongo atajar esta maniobra por medio del debate serio sobre la gran reforma político-electoral que demanda el país.

1) Eliminar por completo el financiamiento a los partidos. Que la sociedad los financie y que el se encargue de fiscalizar los donativos que excedan un cierto monto, por ejemplo $5,000 pesos. Se podrá reclamar una exención fiscal para los donativos, pero si se rebasa el monto autorizado, el donante deberá pagar . Con esto se preserva la libertad a sostener partidos y se evita la penetración de dinero sucio a la , que hoy la tiene embarrada. La violación a las normas financieras deberá ser castigada con todo rigor contra los partidos y contra los donantes. Por ejemplo, severas penas fiscales y cancelar el registro político.

2) Eliminar los requisitos para creación de . Toda vez que no tendrán financiamiento público, desaparece el incentivo monetario que ha propiciado la comercialización electoral. Todo mundo debe gozar de la libertad de competir políticamente, pero ni el Estado ni la sociedad deben cargar con el costo financiero de esa ambición. Si la sociedad quiere decenas de partidos políticos que los cree y los sostenga.

3) Liberar los tiempos y espacio en los medios de comunicación (la mayoría informa deficientemente), el gobierno no los pagará ni tomará tiempo a cuenta de impuestos. Que los medios paguen los impuestos como cualquier otra empresa y si le quieren cobrar a los partidos políticos que lo hagan libremente como a cualquier otro cliente, la autoridad hacendaria podrá fiscalizar esa operación como fiscaliza las operaciones comerciales en otras actividades económicas. Los medios de comunicación operan como negocio y deberán buscar su viabilidad en la sociedad y el mercado, no en el Estado.

4) Eliminar el y reemplazarlo con comisiones electorales locales formadas por la sociedad civil. Se ha creado una burocracia de platino que sangra a la hacienda pública y no ha hecho avanzar a la democracia, responde a un juego de cuotas entre partidos políticos, al grado que ya carece de honorabilidad y credibilidad y se ha convertido en fuente de controversia. La sociedad ya maduró y puede encargarse de las elecciones. Las comisiones podrán operar con personas jubiladas y será honoríficamente o con un pago simbólico. Para la elección federal cada comisión estatal se encargará de los aspectos logísticos de organización del , incluido el registro electoral, con esto se refuerza la federalización. Con el avance electrónico es fácil componer un gran padrón electoral a partir de los padrones estatales.

Todavía que se libera el registro de partidos ya es irrelevante el dato de afiliación partidaria, que se convierte en un elemento interno pero sin validez electoral. Los gobiernos se encargarán de asumir los costos de material. Se deben buscar mecanismos de voto que reemplacen en lo posible al papel.

5) Se debe simplificar el proceso de conteo del voto y eliminar el PREP que solamente ha servido para manipular resultados.

6) Eliminar el TRIFE. Las controversias electorales serán atendidas por las cortes.

7) Recortar el período de gobierno de presidente y gobernadores a cuatro años y permitir una reelección. La reelección entrará en vigor para el gobernante siguiente, no para el que está en el poder. Para presidente será para el electo en 2024.

Esta no es una agenda exhaustiva, es una propuesta para iniciar el debate que no debe perder de vista varios principios:

1) Asegurar las libertades, personales y colectivas.

2) Evitar la manipulación electoral

3) Evitar la comercialización del voto en todas sus formas (partidos negocio, medios de comunicación, etc.).

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