La fue uno de los grandes temas, quizás el más importante, en la pasada elección presidencial de 2018. Por un lado, la sociedad estaba indignada por la percepción de que el de Peña había roto todos los récords en esta materia. Por el otro, en campaña había un candidato, López Obrador, con gran credibilidad de ser un político honesto que prometía limpiar el régimen político de tanta corrupción. Hoy, a 15 meses de haber ganado la Presidencia y diez de haber tomado posesión, ya tenemos los primeros números de cómo van percibiendo los mexicanos el estado de la corrupción y su combate.

Me refiero al documento publicado ayer por la organización no gubernamental Internacional, titulado Barómetro Global de la Corrupción en América Latina y el Caribe (https://www.tm.org.mx/barometro-al-2019/), basado en una encuesta que se hizo a 17 mil ciudadanos en 18 países de dicha región. En cada país se levantaron los cuestionarios suficientes para tener una representación estadística nacional. Muy importante es que las encuestas, incluyendo la de México, se realizaron entre enero y marzo de 2019, es decir, recién había tomado posesión López Obrador y, como se observa en el Modelo Poll of Polls de aprobación presidencial de oraculus.mx, cuando el Presidente gozaba de su más alta popularidad.

La encuesta preguntó qué tanto ha cambiado la corrupción en los últimos 12 meses. Para efectos comparativos, el documento presenta los porcentajes de esta misma pregunta de la encuesta de 2017, cuando  estaba en su quinto año de gobierno. En 2017, 61% de los mexicanos respondió que la corrupción había aumentado. En 2019, este porcentaje cayó al 44 por ciento. En contraposición, en 2017, sólo el 6% dijo que había disminuido; en 2019, el 21 por ciento. Son, sin duda, buenos números para la administración entrante de López Obrador.

También lo son cuando se les pregunta a los mexicanos si el gobierno está actuando bien o mal en la lucha contra la corrupción. En 2017, 24% dijo que bien. En 2019, este porcentaje se incrementó hasta el 61 por ciento. Del otro lado de la moneda, en 2017, el 61% expresó que el gobierno estaba actuando mal, mientras que en 2019 se redujo al 36 por ciento. De nuevo, son buenos números para el gobierno de  en comparación con Peña Nieto.

Interesante el llamado “Índice de Soborno”. Transparencia Internacional y su capítulo en preguntó la frecuencia con la que los encuestados declararon haber pagado un soborno por algún bien o servicio públicos en los últimos doce meses. En 2017, el 51% de los mexicanos dijo haberlo hecho en alguno de ellos. En 2019, cayó al 34 por ciento. De los seis rubros que aparecen en la encuesta, en cuatro caen los porcentajes de soborno para la obtención del bien o servicio entre 2017 y 2019: escuelas públicas, clínicas públicas y centros de salud, documentos de identidad y servicios públicos. Los que se incrementaron fueron: policía y jueces. Los números de esta categoría también me parecen positivos para el gobierno entrante de López Obrador.

Todo va bien, en este sentido, en la encuesta, hasta que nos topamos con la categoría de “Corrupción por Institución”, es decir, el porcentaje de personas que sostienen que la mayoría o todas las personas de alguna institución son corruptas. En 2017, el 51% consideraba al Presidente como corrupto. En 2019, este porcentaje se incrementó al 63 por ciento. También, entre los dos años, sube la percepción de que son más corruptos nuestros legisladores, la policía, los jueces y magistrados y los líderes religiosos. ¿Cómo explicar esto a la luz de los otros datos reportados arriba? ¿Por qué los encuestados consideran más corrupto a AMLO que a Peña? No lo sé de cierto, pero tengo una hipótesis. La encuesta se llevó a cabo cerca de las campañas y la elección de 2018, cuando dominó en la agenda pública el tema de la corrupción. Salió tanta mugre que ensució a todas las instituciones del país.

En conclusión, creo que le va bien a López Obrador en su primera medición de corrupción ya como Presidente. En general, se percibe más honestidad gubernamental. Los números están mejorando. Pero, y eso lo sabe AMLO, esa lucha tiene que ser cotidiana y contundente. He aquí una primera buena fotografía en un momento donde apenas estaban tomando el poder. El reto es que esa foto se convierta en una película con la misma positiva, lo cual beneficiará no sólo al Presidente sino a todo México.

Twitter: @leozuckermann

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