Faltan exactamente 356 días para que el Aeropuerto Internacional Felipe Angeles (AIFA), de la Base Aérea Militar Santa Lucía, deba iniciar operaciones y para ese día, al menos en teoría, deberían estar listos los procedimientos de entrada, salida, idas al aire y demás de esa infraestructura y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, operando en conjunto. El AIFA, como se sabe, dependerá de la Secretaría de la Defensa, en tanto que el AICM seguirá, esperemos que por muchos años, al cuidado de la SCT.
Por esa razón, es hora de que Seneam (Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano) le dé a la Sedena algo más que una campaña de publicidad y el rediseño del espacio aéreo SIN Lucía. El tiempo apremia y lo que se necesita es saber con certeza cómo será la interacción y, más que videos de simulación, que los aviones verificadores hagan las entradas y salidas in situ, se mida en la realidad el impacto del clima en ambos aeropuertos y checar, por ejemplo, la ida al aire sin retorno inmediato y otros puntos sensibles.
En síntesis: la Sedena tiene que estar segura de que su aeropuerto civil, operando conjuntamente con el AICM, no será un riesgo y de que podrá trabajar con los controladores civiles y las aerolíneas comerciales. Es una ensalada un poco difícil de digerir, pero si hay voluntad política es posible encontrar acuerdos.
Por otro lado, Seneam ha estado publicitando ampliamente el rediseño de los procedimientos de entrada y salida al AICM, que involucran un movimiento de algunas millas hacia el oeste de la radial que se solía utilizar, más otras rutas de entrada y salida por ejemplo en el sur.
Hay quien advierte en ello un riesgo, porque aun cuando sin ninguna duda sabemos que los controladores aéreos en México son excelentes, desplazar las maniobras de aproximación hacia el área de las elevaciones montañosas podría no ser la mejor idea, por mucha tecnología que se le incorpore. Nunca será mejor incrementar el riesgo -aun cuando se diga que habrá ahorro de combustible- que ceñirse a lo que el sentido común dicta.
Por otro lado, se habla de incorporar a todas las maniobras de llegadas y salidas mecanismos como el PBN y el Point Merge. Qué bueno porque ya se habían tardado. De hecho, el sexenio pasado ya se hizo tal inserción en 20 aeropuertos, faltaba el AICM pero la idea era incorporarlo ya en Texcoco.
Y aunque se presume que el rediseño incluye Toluca, esto es una tautología: desde hace 35 años que el AICM convive con Toluca que, aunque restringido por sus limitaciones geográficas, no representa un riesgo pues las áreas estratégicas de ambos espacios están bien delimitadas y no se contraponen.
Sin embargo, lo importante no es que el espacio aéreo parezca seguro, sino que lo sea y que aerolíneas, tripulantes y controladores de los aeropuertos sean tomados en cuenta, así como los volúmenes reales de tráfico conjunto. Seneam debe garantizar la operación segura.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto.
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