Un golpe más a la precaria economía de los mexicanos, acaba de sumarse a la larga lista de aumento de precios de la llamada “canasta básica”: se trata de una de 5.75 por ciento en promedio, considerando hasta la primera quincena de julio. El aumento de precios es imparable y pega con mayor intensidad a las clases populares.

Respecto del aumento al precio de la tortilla, el presidente López Obrador anunció que su analizaría la opción de importar maíz, porque los incrementos se daban por la escasez de la materia prima fundamental de ese alimento, y por el supuesto acaparamiento por distribuidores y comercializadores.

Al respecto, es necesario reflexionar que, en , la producción de tortillas está relacionada directamente con el maíz blanco, no amarillo, que es la base de la alimentación de la ganadería de engorda bovina, porcina, avícola (carne de pollo y huevo) y leche.

De maíz amarillo México importa anualmente cantidades crecientes provenientes de para los usos señalados, y para la fabricación de aceite comestible y edulcorantes. En total, las compras de esta variedad de maíz ascienden en promedio en los últimos tres años a 16 millones de toneladas.

De maíz blanco que requiere la industria de la tortilla, junto con otras variedades específicas de menor demanda –como para preparar “tortillas azules”, el ‘cacahuazintle’ para el pozole, y 375 razas y variedades nativas más para diversos usos—prácticamente no existe oferta en los mercados internacionales, por virtud de que la población nacional es la principal consumidora en el mundo de maíz blanco para tortillas.

De acuerdo con datos del Servicio de Información Agrícola y Pecuaria (SIAP) de la SADER, en México, como país de origen del maíz, anualmente se producen entre 27 y 28 millones de toneladas de maíz blanco, cuyas variedades contienen tipos de harina, minerales y otros ingredientes nutritivos, propios para la adecuada digestión por los humanos, diferentes a las cualidades del maíz amarillo, cuyas características para engorda de animales, se identifican con una mayor cantidad de aceite.

La situación internacional sobre la oferta y comercialización del maíz, ahora mismo está muy complicada. Como es sabido, Estados Unidos es el principal productor y exportador de maíz, de manera que controla los precios del grano a su antojo.

Efectivamente hubo un incremento de precios, frente a una demanda principalmente de parte de China. Este país aumentó sus compras hasta por 34 millones de toneladas en el presente año. Con un incremento cercano a 8 millones de toneladas, respecto del ciclo anterior.

Así, la opción de importar maíz blanco para la industria tortillera, como medida para contrarrestar el aumento de precios, no aplica, contraviniendo con lo que dijo el señor presidente de la República respecto de la importación del grano.

Con relación a dificultades comerciales con el gas LP, que también muestra un aumento de precio fuera de lo común, es necesario señalar que nuestro país importa el 70 por ciento de este combustible, de manera que los precios varían en función de las compras en el exterior, provenientes de Estados Unidos. Esto también afecta al grueso de la población económicamente vulnerable.

Al respecto, en la misma conferencia del señor Presidente, acerca de la situación del maíz, anunció que se formaría dentro del propio gobierno, una empresa productora y distribuidora de gas LP, que se llamaría “Gas Bienestar”.

El combustible se vendería en cilindros en todas las colonias, especialmente populares. Como medida para beneficio social, es loable, pero, si tomamos en cuenta el tiempo en que se planea, se autoriza, se equipa en cuanto a producción y distribución; se resuelven demandas y amparos de los ya establecidos, por competencia desleal, puede transcurrir uno o dos años, y finalmente “preparar la campaña del que sigue”.

En otro orden, si bien es cierto que en México la aplicación de vacunas en forma masiva, arroja resultados que pueden considerarse un avance con relación a la de Coronavirus, también lo es que actualmente se da un proceso de reinfestación con eso de la “tercera ola” en cuanto a contagios y muertes de personas por el virus de Covid 19.

Esto seguramente retrasará el proceso de recuperación de la economía, del empleo e ingreso de los mexicanos, a pesar del optimismo del gobierno y de organismos internacionales, como es el caso de las predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que, de plano no se midió al señalar que la economía mexicana espera un crecimiento del 6.3 por ciento este año, muy cercano a la esperanza gubernamental que fijó sus predicciones en 6.5 por ciento.

Nosotros estimamos que el rumbo de la recuperación de la economía mexicana, tardará más tiempo, este recobro se dará cuándo haya impulso al empleo, se de combate frontal a la pobreza y existan inversiones nacionales y extranjeras, además de un ambiente favorable del gobierno federal, el cual necesita “dar más juego al gabinete”. Para floreros, ya estuvo bien.

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