“El de debe mantener una postura que, si bien respetuosa, debe ser firme, clara y de absoluto rechazo ante la intención de reactivar el programa ‘Quédate en México’”: es la petición al presidente de México, Andres Manuel Lopez Obrador, al secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, y al subsecretario de derechos humanos, población y asuntos religiosos, Alejandro Encinas Rodríguez, lanzada por Mons. José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, y responsable de la pastoral de movilidad humana del episcopado mexicano.

“Con preocupación hemos recibido la noticia de que se pretende reactivar el Protocolo de Protección a (MPP) mejor conocido como “Quédate en México”, derivado de la orden de la Corte Suprema de ” escribe el obispo en la carta, recibida también en la Agencia Fides. “Consideramos que este Protocolo de Protección a Migrantes afecta profundamente los derechos humanos de las personas solicitantes de asilo. Las personas que solicitan asilo en Estados Unidos se veían obligadas a esperar la resolución correspondiente en la frontera entre México-Estados Unidos, lo que coloca a las personas en situaciones de vulnerabilidad y peligros que ponen en riesgo sus vidas, integridad física, emocional y espiritual”.

El obispo reconoce “la profunda crisis migratoria” que se vive en la frontera sur del país, en donde cientos de personas provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica y ahora con un número considerable de Haití, están en espera de que las autoridades migratorias resuelvan su situación jurídica. “El hacinamiento, la falta de medidas de higiene, comida, insumos básicos, aunado a la lentitud en las resoluciones del Instituto Nacional de y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, colocan a las personas en situación de vulnerabilidad, afectando el ejercicio de sus derechos fundamentales”, observa el obispo. “Los albergues, casas del migrantes, comedores para personas migrantes, están saturados y al límite de su capacidad– prosegue -. Los esfuerzos de las iglesias locales, parroquias, diócesis, están siendo rebasados ante la falta de una clara migratoria, planificación estratégica y escasos o nulos recursos del Gobierno Federal”.

Mons. José Guadalupe Torres Campos además, condena “las conductas represivas, violentas y de contención de la migración en la frontera sur, particularmente en Tapachula”; exhorta a las autoridades competentes, “a que lleven a cabo las acciones concretas para atender a las personas en contexto de movilidad, y de esta manera, se eviten y prevengan violaciones a los derechos humanos”; y por último exige a las autoridades de todos los niveles, el respeto al artículo 11 de la Carta Magna que consagra el libre tránsito, “para que a quienes ya tienen una legal estancia en México se les permita transitar por el país en busca de opciones de residencia y empleo que les permita vivir con dignidad y acceder a los servicios básicos”.

En la conclusión el obispo expresa su particular gratitud a la iglesia Local de Tapachula “por sus muestras de solidaridad y apoyo humanitario con la población migrante, tanto en Tapachula como a lo largo de la ruta migratoria que atraviesa toda la Diócesis”, con la esperanza de que su ejemplo motive a toda la Iglesia Mexicana “para que en todos los rincones de México haya comunidades que acojan, protejan, promuevan e integren a los migrantes”. Por último invoca la intercesión de Dios para que siga animando y acompañando “a todos los agentes pastorales que generosamente defiende y promueven los derechos de quienes más sufren y les recompense su generosidad”.

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