El presidente López Obrador como siempre desde su tribuna mañanera busca «colgarse» de logros ajenos y maneja el discurso a su favor a sabiendas que la mayor parte de la gente le cree y se queda con lo que él dijo, porque no se investiga más.
Mencionó que el acuerdo de Glasgow se inspiró en uno de sus programas insignia, pero nada más alejado de la verdad.
El acuerdo de Glasgow busca detener la deforestación y se firmó recientemente por 105 países (entre los cuales no figuraba México) en la 26° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
El acuerdo surge en agosto del 2020 por una iniciativa del departamento de Alimentación, Medio Ambiente y Asuntos Agrícolas del Reino Unido, que generó gran polémica al exigir a los importadores agrícolas que demostraran que sus compras no contribuyen a la deforestación de los países de origen.
Boris Johnson buscó el diálogo entre las naciones importadoras y exportadoras para cuidar los bosques sin afectar el comercio internacional, lo que dio como resultado que el 27 de mayo del 2021 hubo una declaración conjunta de colaboración para el diálogo suscrito por 25 países (no, México no figuraba entre ellos).
Ese documento dio origen a la Declaración de Bosques y Uso de la Tierra que fue anunciado esta semana en la conferencia de la ONU en Glasgow, al que se unieron 105 países incluidos los 25 que habían firmado el acuerdo para el diálogo. Por segunda ocasión, México no figuraba entre dichos firmantes.
México se adhirió después junto con otros 23 países.
Que quede claro que México no tuvo nada que ver y no solo eso, hasta que las críticas llegaron al palacio, decidieron firmar, no antes.
Así de triste el panorama, ¿Realmente interesa al gobierno el cuidado del medio ambiente?
(Con información de Excelsior)
