En una leyenda urbana, se relata el programa ordenado por el máximo gobernante, que duró cuatro años a finales de la década de los cincuenta, con el único fin de exterminar a los gorriones debido a que estos, según sus conocimientos, se comían los granos sembrados por una población entonces básicamente agrícola. Logrado el objetivo –que muchos calificaron de capricho ignorante- los campesinos y toda la población, empezaron a tener problemas de hambre, porque al convertirse los insectos en plaga[1], nada crecía por lo cual el poderosos líder empezó a invertir en químicos, que acabaran con este azote que lejos de resolver el problema lo agravó, por lo cual y debido a su ilimitado orgullo, antes que admitir su equivocación mandó importar de un país vecino, miles de gorriones; pero el desequilibrio ecológico estaba hecho y todavía hoy existen personas que a mano, polinizan árboles y otras plantas, proceso hecho antes por insectos que mantenían las cosas en buen estado, como resultado de un acuerdo no escrito entre bichos y gorriones.
A siete décadas de avances, en el mundo siguen existiendo modelos de gobernantes, similares a quién causó este desbalance ambiental, en muy diversos temas. Un ejemplo el de la migración donde algunos países hicieron fiesta por el día del migrante sin inmutarse o presentar caminos de solución a tragedias de miles de niños que se trasladan de su lugar de origen a otro, abusados en el norte de áfrica o el sur de Europa, e incluso los más de media de centena de muertos apenas la semana pasada en Chiapas. ¿existe alguna sanción para jefes de estado que en el discurso alaban a los migrantes, pero en los hechos los explotan, usan y matan? ¿Le parece una ironía celebrarlos, cuando en la realidad hay más de 50 cuerpos sin identificar en un SEMEFO, del sur de México? ¿Cuál ha sido la historia de aquellos casi 100 migrantes muertos hace años en el norte de este mismo país? Si acaso se cuenta con el proceso de retorno de los migrantes fallecidos en Chiapas: ¿Quién los reconocerá? ¿saben la identidad de quienes les reclamen? ¿el gobierno federal o el local pagará los gastos de su retorno a esa peor vida de la que huían? Y los líderes, que los guían –cobrándoles, por cierto- ¿tienen alguna responsabilidad?
En este México nuestro cuando ningún famoso murió en la semana para convertirse en propaganda o cortina de humo de tantos problemas que nos aquejan, como sería: la inflación, el hecho de que las becas de estudiantes sean usadas por las familias para pagar alimentos o la obsesión de realizar un ejercicio de “democracia participativa”, con todas las trampas que implica descalificar a las autoridades de un órgano autónomo y ciudadano, al cual se desea exterminar con más virulencia que a los gorriones de la década pasada. Si en realidad como se afirma no hay en la constante descalificación un anhelo de venganza cuasi-personal ¿Por qué se gastan millones de pesos en una sucesión de conferencias de prensa –mañaneras- para señalamientos mentirosos? ¿De verdad el INE canceló la consulta sobre revocación o simplemente la pospuso? Las decenas de medios interesados, hablan de que se busca que el ejercicio se convierta en una ratificación populista del amor a su gobernante y si en realidad ¿el señor que hoy ocupa el palacio nacional desea terminar antes de que se llegue el plazo para el cual fue electo? ¿Algún cercano nos puede decir cómo anda su salud integral? ¿Será que se siente morir –por el agobio o la imposibilidad de asumir su fracaso- y por eso busca a quien trasmitir la culpa de su abandono antes de tiempo? ¿le garantiza este retiro anticipado la posibilidad de dejar a quien le plazca como su sucesor?
En nuestra historia tuvimos un gobernante que trascendió como el peor, por dictar impuestos absurdos, como el de contribuir al erario por la cantidad de ventanas de nuestra casa y realizó relaciones internacionales –incluso de guerra- que nos llevaron a perder la mitad del territorio original que nos pertenecía. ¿Cómo asumió Santa Ana su vergüenza? ¿Sabía que el acuerdo firmado por él para el pago de una bicoca no fue aprobado por el senado, pero de los Estados Unidos? ¿Que movió a Santa Ana a tantos absurdos? ¿Se trató de deslealtad a la patria o simple mediocridad? Lo cierto es que, frente a una ambivalencia social de nuestros conciudadanos, a pesar de ello, lo que fue la casa de Santa Ana en Veracruz, sigue siendo un punto turístico a visitar. Así la penúltima semana del año, trascurre con muchas noticias de accidentes, muertes dolosas, deceso de un cantante joven que poco interesó, como “tampoco fue nota” la comparecencia de “testigos a modo” tanto en nuestro sistema como en el del vecino del norte.
Por supuesto no faltó quien empezará a discurrir cómo ganarse cinco millones de dólares, de los ofrecidos allende la frontera por la entrega de algún chapito, ni quien nos diga cuál será la navidad de su última esposa y sus pequeñas gemelas. Y ahí, en espera de la nota de primera plana quedan, las nuevas acusaciones contra el exgobernador de Veracruz, la extradición desde Reino Unido de su esposa, el futuro de Lozoya Jr., la honestidad del fiscal general de la república, la libertad de la hija de su ex cuñada, así como la de Rosario Robles. De estas últimas sabremos cual será la cena navideña y por supuesto muchas familias o personas solitarias como resultado de la ausencia de trabajo, pasarán en la absoluta depresión o la bendecida felicidad que solo se logra con la fe y el amor de alguien que tal vez les recuerde. Sea cual fuere su circunstancia, le invito a vivirla sobre el trineo del perdón, agradeciendo a la vida por lo que pudo hacer lo largo del año, con la esperanza de que las cosas pueden mejorar y la fe de que hay un Dios que le provee cada día de lo que necesite, sobre todo una expresión de amor.
[1] Los gorriones, además de grano comían insectos.