El Índice de Transición Energética elaborado por la empresa Siemens Energy, detalla que  es la región con menores avances en el mundo en cuanto a transición energética.

De acuerdo con el estudio, en la región, el avance es de 22 por ciento, seguido de la región Asia-Pacífico, que tiene 25 por ciento. La siguiente zona corresponde a Oriente Medio y África, con un progreso de 26 por ciento.

El avance en Europa se ubica en 33 por ciento, mientras que la región que ha logrado mayores progresos es Norteamérica, con 34 por ciento.

“América Latina es la región donde se perciben menos avances en las prioridades energéticas en comparación con otras regiones. Como en otros lugares, la expansión de las energías renovables se percibe como el área más madura”, señala el análisis.

En específico, el desarrollo de tecnología de energía solar fotovoltaica, así como la captura y almacenamiento de carbono son las áreas que muestran menores avances.

El documento explica que es posible que estos resultados sean consecuencia de que existen abundantes recursos de energía renovable, como la hidroeléctrica, así como viento y sol.

Esto puede deberse a los abundantes recursos de energía renovable de la región (principalmente hidroeléctrica, y cada vez más eólica y solar), con un posible impacto en la adopción de las tecnologías destinadas a reducir las emisiones del carbón, que tienen una aplicabilidad limitada en América Latina, ya que el carbón representa sólo seis  por ciento de la generación eléctrica de la región.

“La ambición de América Latina debe ser lograr la reducción de emisiones a mediano y largo plazo, asegurando al mismo tiempo el crecimiento de la economía y el bienestar”, indica el análisis.

La empresa señala que el indicador incluye la opinión de más de dos mil expertos en el , quienes tomaron en cuenta las condiciones y las medidas implementadas en cada país y región.

El estudio abunda que América Latina es un contribuyente menor al cambio climático, pues representó solo cinco por ciento de las emisiones globales de CO2 en 2020, aunque las emisiones de la región crecieron alrededor de un 20 por ciento entre 2005 y 2019.

“Enmendar el rumbo de las emisiones y lograr reducciones a medio y largo plazo será especialmente difícil, al tiempo que se garantiza el crecimiento simultáneo de la economía y la prosperidad”, indica el análisis.

Además, en las últimas dos décadas, el sector energético es responsable de 71 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en , por lo que es necesario eliminar barreras tecnológicas y políticas, así como de infraestructura “para que la transición energética sea una realidad a nivel global”.

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