El Presidente Andrés Manuel López Obrador () anunció ayer que decidió entregar el mantenimiento de del sur del país al , institución que durante su ha recibido un creciente número de tareas.

El Mandatario dijo en su conferencia matutina que instruyó al secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes para que entregue a los ingenieros militares el programa de mantenimiento de vías de esa zona, que se vieron afectadas por el traslado de material de construcción para el Tren Maya, que también está en manos de los soldados.

Ante las críticas de opositores, organizaciones humanitarias y como Carlos Slim contra el creciente poder que han acumulado las Fuerzas Armadas en su Gobierno, López Obrador salió en su defensa y dijo que  “hacen un buen trabajo” y que sus proyectos los terminan en menor tiempo y con un costo más bajo que las compañías privadas.

Desde que comenzó su mandato en 2018, López Obrador ha otorgado distintas tareas a la , entre las que destacan el manejo de aduanas, actividades de seguridad pública, reparto de vacunas y medicinas y el control de una aerolínea.

El lunes, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) lamentó que “en los últimos años, las autoridades federales han demostrado un constante desinterés por mantener las redes carreteras en buenas condiciones, lo cual ha provocado un deterioro que afecta a la seguridad de usuarios”.

Nuevas tareas distraen al Ejército de sus funciones

La asignación de tareas ajenas a la seguridad para el Ejército mexicano, por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), representa una distracción para los cuerpos de seguridad en su combate al crimen organizado, así como el incremento de riesgo de un futuro posible golpe de Estado contra el gobernante que decida retirarles las atribuciones, así lo consideran los especialistas en seguridad.

En el caso más reciente, AMLO ordenó a la Dirección General de Ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que se encargue de la reparación y mantenimiento de las carreteras de la zona Sur-Sureste del país.

Los elementos de la Sedena tendrán para realizar la construcción y mantenimiento de mil 115 kilómetros de carreteras federales, 122 kilómetros de caminos y mil 157 kilómetros de caminos rurales y alimentadores.

“Le ha transferido poder y control como no hay precedente técnico al Ejército, está metido casi en todo, en aduanas, aeropuertos, en el nuevo Tren Maya, en la Aerolínea Mexicana, en el traslado de medicamentos con su nueva farmacia, en el mantenimiento de carreteras, el Banjercito, atienden desastres naturales y en el proceso electoral, el material está a cargo de ellos. Quiero saber, ¿quién en su sano juicio se va animar a quitarle esos derechos adquiridos y plazas? Se les ha dotado de un poder que no corresponde a las Fuerzas Armadas”, explicó el académico Francisco Jiménez Reynoso, del Observatorio de Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Durante la administración de AMLO, al Ejército le han encomendado la de puertos y aduanas; en total suma la gestión de 15 terminales aéreas; se encarga de la construcción de una línea ferroviaria a un aeropuerto; la custodia del Tren de Pasajeros del Istmo y del Tren Maya.

Son más de 200 tareas civiles las que suman las Fuerzas Armadas durante este Gobierno, como la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, las dos mil 750 sucursales del Banco del Bienestar y el Aeropuerto de Tulum.

Para este 2024, el Gobierno de asignó a las Fuerzas Armadas el tercer presupuesto federal más grande de la administración pública, con 400 mil millones de pesos, entre Sedena, Secretaría de la Marina, Guardia Nacional y el Centro de Inteligencia Nacional.

“Resulta sumamente preocupante que con esta iniciativa de reforma se otorgue a los elementos de las Fuerzas Armadas facultades de prevención, investigación y persecución del delito, lo que se traduce en un grave retroceso en materia de acceso a la justicia. Asimismo, se propone que los elementos de la Guardia Nacional cuenten con fuero militar, lo que en términos prácticos dificultaría el acceso a la verdad y la justicia de víctimas de violaciones a derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas”, criticó la Red Feminista Antimilitarista.

Esta red puso en perspectiva el presupuesto, al señalar que, en 2021, el gasto para el Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Víctimas de Violencia de Género fue de 415.9 millones de pesos, mientras que las Fuerzas Armadas gastaron ese año 459.9 millones de pesos únicamente en viáticos en el extranjero.

De acuerdo con Jiménez Reynoso, estas tareas sirven de distracción a las Fuerzas Armadas para combatir a la delincuencia que azota en varias regiones del país, pero el día que un nuevo gobernante decida regresarlos a sus actividades de seguridad, podría resultar en su contra.

Si algún día, algún gobernante decide dar marcha atrás y ponerlos a hacer su tarea primordial de seguridad, es posible un golpe de Estado, el día que se vean amenazados sus intereses políticos y económicos de las fuerzas armadas, en eso puede acabar de parar”, explicó.

Además, a través de la paraestatal Olmeca-Maya-Mexica a cargo de la Sedena, los militares tienen en su control la empresa Mexicana de Aviación, así como el Tren Maya.

En el recuento de tareas civiles del Ejército, también figuran la construcción de hospitales, obras hidráulicas en Nuevo León, Sinaloa y Nayarit, remodelación, ampliación y operación de las aduanas en la frontera norte del país, entre otras.

Las actividades civiles de los militares implican injerencia en temas de otras dependencias además de seguridad, como salud, investigación, educación, comunicaciones, energía e hidrocarburos, entre otras.

Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) revela que las Fuerzas Armadas realizaban 246 tareas de dependencias civiles, al menos hasta 2022.

Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, la Sedena y la Secretaría de Marina tuvieron relevantes actividades, como el resguardo y traslado de vacunas, manejo de equipo médico y obras hospitalarias.

Para Jiménez Reynoso, el concepto de militarización no se está aplicando para el tema de seguridad, sino que son tareas civiles que pasaron a ser militarizadas, pero el combate a la delincuencia sigue en manos de los gobiernos constitucionales, quienes se ven rebasados.

“Sigue creciendo la distracción, la banalidad en las tareas que los ponen a hacer”, declaró Jiménez Reynoso.

El pasado 5 de febrero, López Obrador envió un paquete de reformas constitucionales, una de ellas implica una nueva tarea para el Ejército, que es la administración de la Guardia Nacional, para poder realizar tareas de seguridad pública.

En caso de ser aprobada, más de 130 mil elementos que pertenecen a la Guardia Nacional pasarían a la Sedena, con el objetivo de que no se corrompan, según explicó AMLO.

La medida de dejar el mantenimiento carretero en manos de la Sedena fue cuestionada por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, organismo que representa a casi nueve mil empresas del sector de la construcción en México, el cual señaló que la falta de inversión en este rubro ha sido una constante desde hace varios años, lo que ha traído un deterioro significativo de la infraestructura de transporte del país.

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