Luego de conocerse que la () había solicitado poco más de 20 mil millones de pesos para la adquisición de aeronaves, el especialista del sector Juan Carlos Machorro, considera inviable esta medida, pues la pregunta es: ¿de dónde saldrá este dinero?, pues es el último año de sexenio y es claro que, por ser año electoral, los recursos son escasos.

En entrevista con A21, el socio de la consultoría Santamarina & Steta explicó que ve “complicado” que esos recursos vayan a estar disponibles con la velocidad que se requiere; además habrá que ver, en caso de aprobarse, de qué manera se van a destinar.

En días pasados se dio a conocer que la SEDENA solicitó a la 20 mil 871 millones de pesos para adquirir aeronaves, así como para apoyo en tierra y otros elementos para la operación de la aerolínea.

Ante esto, el especialista precisó que normalmente, los aviones no se adquieren directamente con el fabricante, sino que se hace a través de una financiadora, a la que se le tiene que dar un anticipo y se ponen en esquemas de arrendamiento puro con opción a compra o de arrendamiento financiero.

“Así, de entrada, sonaría como que 20 mil millones de pesos es mucho dinero, habría que ver bajo qué estructura y en qué esquema se van a financiar esos aviones”, puntualizó.

Recordó que la empresa Boeing no tiene aeronaves y que al parecer ahora irán por un arrendamiento de aviones con la armadora brasileña, Embraer.

Machorro expresó que esta medida habla de una falta de claridad en el plan operativo y en el plan de negocios de la línea aérea, porque una cosa es operar con B737 y otra cosa es operar con Embraer, pues estos últimos claramente están diseñados para vuelos más cortos.

El especialista dijo que habrá que ver si se trata de estos aviones, cuántos serán, bajo qué esquema, quién los va a financiar y cómo se justifica ese monto de más de 20 mil millones de pesos.

Puntualizó que a la ve con una falta de planeación absoluta, una carencia de coordinación y mucha improvisación, “le están cambiando de rumbo a cada rato”, por lo que no lo ve como un proyecto factible.

“Por un lado, no lo veo como un proyecto viable compitiendo de tú a tú con las demás líneas comerciales. Si no es mediante subsidios, con tarifas por debajo de las otras; tampoco la veo operando como una línea aérea regional, lo cual le haría más sentido, ya que, si no va a ser un proyecto que tenga utilidades de carácter financiero, por lo menos que tuviera utilidades de carácter social, que ayudara a fortalecer algunas rutas a algunos aeropuertos”, dijo.

Precisó que, en éste, como en otros proyectos que se están basando en las fuerzas armadas, no existe la transparencia necesaria para saber exactamente qué se está contratando, con quién, a qué costo, bajo qué estructura, si es una estructura estándar o no lo es.

“Claramente lo que se trataba con la contratación del asesor fallido -SAT Aero Holdings-, con el que ahora se están peleando -la SEDENA- en las cortes de Nueva York, era de que los guiara en un mercado que no conocen, en un mercado complejo, muy sofisticado y con márgenes financieros muy estrechos”, dijo.

Sin futuro la aerolínea

El socio de la consultoría Santamarina & Steta consideró que no le ve futuro a la aerolínea del Estado al término de esta administración, salvo que sea una aerolínea regional con una vocación específica, donde se hable más de una rentabilidad social para ayudar al mercado más que una rentabilidad financiera.

Por ello, dijo, cualquiera que sea la candidata presidencial ganadora, creo que tendría, en éste como en otros temas del sector, que replantearse la sensatez de continuar o no con el proyecto.

“No es lo mismo cancelar un proyecto comprometido con esa cantidad de recursos a cancelar un proyecto que todavía está en ciernes y no ha arrancado; lo mejor que podría ocurrir es que no se comprometieran esos recursos, concluyera esta administración y se le diera más flexibilidad a la próxima presidenta que revise sí es un proyecto viable”, opinó.

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