Desde que comenzó su sexenio,  se encuentra asediada. López Obrador le heredó múltiples problemas y, luego, llegó Trump que, por sí solo, es un gran frente que tiene que atender cotidianamente la Presidenta.

Mala noticia: la semana pasada se abrió un nuevo frente de ataque en contra de su . Me refiero a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (), la organización que agrupa a los maestros más radicales de izquierda de los estados con mayor pobreza en el país: Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

Es una organización experta en movilizarse para presionar a los gobiernos a aceptar sus demandas. Cuando consiguen algo, inmediatamente van por más.

Defienden a capa y espada las enormes prebendas que gozan con cargo al erario. Pero también tienen convicciones ideológicas marxistas-leninistas. Se vale. Son de los grupos que más se oponen, desde siempre, a las reformas orientadas hacia el mercado.

En este sentido, continuamente fueron aliados del lopezobradorismo. Cuando  llegó a la Presidencia les cumplió la promesa de revertir la reforma educativa de Peña. En general, gobierno y la CNTE llevaron la fiesta en paz durante el sexenio pasado.

No así con Sheinbaum, quien llegó y se atrevió a cambiar el statu quo. Una reforma recaudatoria a la del para los servidores públicos con mayores ingresos generó el malestar de la CNTE. Al parecer, el gobierno no consultó a esta organización, quien encontró en este tema una excelente razón para movilizarse de nuevo.

Lo hicieron con éxito. Dejaron de dar clases en sus estados y se vinieron a protestar, como es su estilo, a la capital. Aquí los recibió la propia Presidenta, quien rápidamente acordó retirar la dichosa reforma a cambio de que terminara la movilización.

Sí, cómo no. Ya parece que la CNTE iba a tomar su victoria e irse de regreso a trabajar. Eso no es conocer cómo funciona esta institución con la lógica de movilizar para presionar, ganar y seguir movilizando para presionar y ganar más.

Exactamente hicieron esto.

Lograron que la Presidenta retirara su reforma y congelara la edad de retiro de los maestros a 56 y 58 años para mujeres y hombres, respectivamente. No es ninguna menudencia. Le ganaron la partida a un gobierno con gran poder.

Acto seguido, la CNTE escaló el conflicto. La Ciudad de vivió un par de días de caos vial por los bloqueos de esta organización, que anunció que ahora van por la derogación total de la Ley del ISSSTE de 2007.

Quieren, nada menos, una reforma profunda a las . Eliminar las cuentas de retiro personalizadas, las afores, para regresar al régimen solidario de antes de los noventa. Pretenden la estatización de un sistema que administra más de ocho billones de pesos que han ahorrado los trabajadores. Todo para que ellos puedan retirarse con una pensión mayor a la que tienen contemplada.

De llevarse a cabo esta reforma, cimbraría no sólo al sistema de ahorro para el retiro, sino a las públicas y la economía nacional. El erario quebraría (no tendría manera de financiar un régimen solidario como el de antes de las afores), disminuiría aún más el apetito por invertir en México (que de por sí ya es bajo) y entraríamos en una crisis económica como no se ha visto en lustros.

La Presidenta, frente a la amenaza de aranceles de Trump, ha tenido que salir a defender una de las joyas de la corona de las políticas públicas del neoliberalismo: el libre comercio. Ahora, frente a la amenaza de la CNTE, tendrá que hacer lo mismo con otras de las políticas de este periodo que tanto aborrecen: el sistema de ahorro para el retiro en cuentas personalizadas administradas por el sector privado.

¿Qué hará Sheinbaum con este nuevo frente de izquierda que se abrió?

Que hayamos llegado a esta situación denota que el gobierno carece de una operación política eficaz. No sé si fue Martí Batres, director del ISSSTE; , secretario de Educación Pública, o Rosa Icela Rodríguez, titular de Gobernación, pero alguno o todos son responsables de no haber planchado con la CNTE la reforma al ISSSTE.

Ahora el gobierno está en un nuevo brete cuando tiene el plato lleno de problemas.

Desde el lado más radical de la izquierda, aliados históricos del lopezobradorismo, están calando a la nueva Presidenta.

Rápidamente le ganaron una primera partida y, fieles a su estilo, le subieron la apuesta. Si Sheinbaum ha demostrado inteligencia y templanza para aplacar la amenaza trumpista, ahora deberá exhibir una operación política eficaz con el fin de desmovilizar a los maestros más radicales, los que, efectivamente, quieren echar para atrás las políticas públicas del neoliberalismo e implantar el socialismo en México.

X: @leozuckermann

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