• El nuevo ciclo Sobremesas inició con Narradoras del Norte, una amena charla en la que cuatro autoras compartieron reflexiones sobre sus trayectorias, procesos creativos, retos y experiencias personales como escritoras en el contexto fronterizo. 

    • Las participantes en este diálogo fueron las escritoras regionales; Diana Heredia, Alicia González, Marcia Ramos e Ivette Landeros.

Con el objetivo de generar espacios para que la comunidad literaria difunda su quehacer escritural y tenga un acercamiento estrecho al público, la Sala de Lectura del , institución de la Secretaría de del de , celebró la primera sesión del ciclo Sobremesas con Narradoras del Norte.

Fue el pasado viernes 23 de mayo que tuvo lugar una amena charla en la que cuatro autoras compartieron reflexiones sobre sus trayectorias, procesos creativos, retos y experiencias personales como escritoras en el contexto fronterizo.

Las participantes en este diálogo fueron: Diana Heredia, escritora con licenciatura en Administración y en en Ciencias Sociales; Alicia González, maestra en Apreciación y Creación Literaria, escritora independiente y docente; Marcia Ramos, escritora y licenciada en Lengua y de Hispanoamérica por la UABC; e Ivette Landeros, escritora y licenciada en Negocios Internacionales.

Ivette Landeros, autora de las novelas Sofía 26 y Nadie se lo dijo al abejorro, consideró que, “no existen fronteras literarias al momento de escribir, creo que nos influenciamos de aquello que hemos leído independientemente de nuestro lugar geográfico”. También narró su gusto en el desarrollo personajes, “me interesa escribir personajes femeninos que no sean víctimas ni heroínas perfectas, sino que dudan, que luchan, que caen y se levantan”.

Sobre su trabajo como escritora del norte puntualizó, “hay muchos retos para lograr una visualización de mi voz, estando en esta región es como si fuera una mujer casi invisible pero la clave está en seguir adelante y tocar puertas porque nunca sabes cuál se te va a abrir”.

Por su parte, Marcia Ramos, quien ha publicado cuentos de terror, ciencia ficción, humor negro, poemas, minificciones, crónicas y ensayos, habló de cómo ha enfrentado los estereotipos en su narrativa por ser mujer, “se esperaba que escribiera sobre romance o sentimientos, pero yo quería hablar del tráfico de personas, la pobreza extrema y construir personajes con fuerza”.

También ofreció un consejo en ánimo a aquellas personas interesadas en la escritura fuera de lo convencional, “lo fantástico no está lejos de la realidad, a veces solo se necesita mirar con otros ojos lo cotidiano para encontrar lo extraño”.

Alicia González Castro, cuya más reciente publicación es Border Women, Mujeres al borde, comentó, “yo empecé escribiendo poesía, entonces normalmente creo que se asocia a la mujer escritora con la parte dulce, tierna, genuina. Sin embargo, desde hace décadas hay ejemplos donde la mujer escribe desde la parte oscura, creo que eso es un reto y un movimiento que está muy fuerte actualmente”.

“Yo doy clases en preparatoria y generalmente las escriben de romance, tristeza, ansiedad, pero hoy en día hay mucha experimentación literaria y me parece una fusión muy interesante que ahora escriben más desde un cruce entre la oscuridad y la ternura”.

La autora de las novelas Avenida Cinema y El murmullo entre las viñas, Diana Heredia, dio su punto de vista sobre escribir desde ciertas latitudes, “creo que esa es la belleza de escribir y leer autores de diferentes sitios, si lees un libro de Chile te vas a ese país, en Rayuela de Cortázar te ibas la mitad a Buenos Aires y la mitad a Paris. Con nosotras que somos del norte creo que se nota, lo que lo hace un libro local son las palabras que usamos, el idioma coloquial o regional”.

Heredia reflexionó, “creo que cuando lees un libro y te gusta es porque el autor ve la vida como tú”, y recomendó un par de autoras que han marcado su creatividad, “me gusta mucho la nostalgia, la vena de tristeza y la indagación en los sentimientos de la chilena Marcela Serrano, y de Virginia Woolf mi libro favorito es Las olas porque es una plática en su cabeza, son voces nada más soltando cosas que ella va pensando”.

En un ambiente ameno y de cercanía, las autoras reflexionaron diversas temáticas traídas a la mesa como algún libro que las hubiera hecho cuestionarse su escritura, o si consideraban que son leídas de forma distinta por ser del norte, los sacrificios personales que no imaginaron tener por dedicarse a la literatura.

Un personaje femenino literario con el que se identificaran, la existencia de algún tema, estilo o género que evitaran, y algo que les hubiera gustado que les aconsejaran cuando empezaron a escribir, también fueron temas de conversación de esta primera Sobremesa.

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