El excanciller Jorge Castañeda analiza las elecciones y su papel como coordinador estratégico del Frente y la candidatura de Anaya

Jorge Castañeda (, 64 años) se ha unido a la campaña de Ricardo Anaya como coordinador estratégico de Por al Frente, la coalición que integran el conservador PAN y los progresistas PRD y Movimiento Ciudadano. El excanciller mexicano durante la Administración de Vicente Fox se encargará de elaborar y coordinar las estrategias del Frente de cara al exterior, más allá de lo que decida cada partido, para “tratar de darle una personalidad propia” al proyecto.

Pregunta. ¿No es muy tarde ya para que el Frente no tenga una personalidad?

Respuesta. Sí y no. Hubiese sido preferible armarlo antes y tener una ventaja mayor, pero mucha gente pensó hasta diciembre que no iba a haber frente. Todavía va paso a paso. Hay que explicar muy bien cómo es la suma de partidos. Esto ya no es un aparato vertical, de un solo hombre, sea López Obrador o . Todo se discute y se negocia para desembocar en un de coalición, algo que no ha existido nunca en México.

P. Dice que esto ya no es cuestión de una persona. Una de las críticas que ha recibido Ricardo Anaya es su desmedida ambición por lograr la candidatura a costa de dividir a su partido, el PAN. ¿Qué seguridad hay de que, en caso de ser presidente, no se va a comer al Frente?

R. Él entiende que ha llegado donde está gracias al Frente. Si fuese candidato del solo del PAN estaría emparejado o por debajo de Meade. Lo que le ha permitido ser más que el PAN no es solo la suma aritmética del PRD y del PAN, sino esta idea de que se trata de una coalición muy amplia.

P. El escenario actual es inmejorable para López Obrador. ¿Cómo van a revertir esa distancia?

R. Es absolutamente cierto que este periodo de intercampaña a quien más benefició es a López Obrador, pero creo que ese beneficio no está consolidado. Buena vino de los ataques del Gobierno a Anaya. Lo que le quitaron se lo llevó López Obrador, para nada Meade. Además, los van a beneficiar mucho a Anaya. Luego está el tema del útil, que no es que haya que buscarlo o no, se va a dar de forma natural, como en todos los países. Habrá que ver dónde va la gente de Meade y de Anaya.

P. ¿Dónde cree que puede jalar votos Anaya que no está consiguiendo?

R. Donde está jalando bien y va a crecer más es entre las . Entre los de 18 a 30 hay un déficit. Va a haber entre 13 y 14 millones de mexicanos que nunca han votado. Ahí hay un potencial muy grande que hoy más bien lo tiene ganado López Obrador.

P. ¿Cómo explica que ese voto lo aglutine el candidato más veterano y no el más joven?

R. Porque no se ha terminado de ganar la batalla de quién es el verdadero abanderado del cambio, del repudio a Peña Nieto y al sistema. Los jóvenes son disruptivos, quieren un cambio Hay elementos de desesperación, están hartos de la corrupción y de la violencia. Creen todavía que López Obrador representa la postura antisistémica y Anaya tiene que conquistar, aunque no lo va a hacer todo, parte de ese sentimiento antisistémico. Logra parte con sus temas tecnológicos, con su visión de futuro, con su estilo personal. Ese 80% que odia el PRI está en disputa. Si no lo gana Anaya, lo hará López Obrador, porque Meade y Margarita no juegan ahí. Esto es una batalla entre López Obrador y Anaya. Es un asunto de lógica, el candidato de un presidente que tiene un rechazo del 80% no puede superar ese techo de 20%.

P. Habla de renovación, de captar el voto ansistémico. ¿Qué pueden aportar en este sentido cargos del Frente como Santiago Creel o usted que ya estuvieron en un Gobierno panista?.

R. Lo primero, es el Frente mismo. No pudimos meter al PRD en el Gobierno, en parte porque ellos no quisieron, por Cuauhtémoc Cárdenas; en parte por Fox. Tampoco pudimos meter a gente de la sociedad civil, porque el PAN no quiso. Lo que aportamos es la experiencia de haber aprendido lo que no pudimos hacer.

P. Anaya se frenó en las encuestas tras las críticas que recibió por la venta de una nave industrial de su propiedad. ¿Por qué no supo reaccionar?

R. No se previó que el Gobierno iba a desatar una campaña tan virulenta y facciosa. Por eso las razones fueron tardías y parciales. Fue una falta de previsión. También es cierto que cuando alguien actúa irracionalmente, como Peña Nieto, es difícil prever una reacción. No entiendo la lógica de esta campaña.

P. ¿No será que Anaya no supo explicar, o no pudo explicar, con claridad toda la operación?

R. Creo que la explicó bastante bien. Pero la campaña sí surtió efecto. Detuvo el crecimiento de Anaya y tuvo cierto impacto, sobre su credibilidad, en distintos sectores.

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