Me refiero al libro : en la intimidad y a la distancia, de Jorge Castañeda. Aclaro que el autor es colaborador del programa que conduzco en FOROtv. Es un lujo tenerlo todos los lunes por su lucidez y sentido del humor que, precisamente, se reflejan en su más reciente libro.

Castañeda nos entrega, una vez más, un volumen interesante y divertido. El tema es sobre Estados Unidos desde la perspectiva de un extranjero al estilo de Alexis de TocquevilleCharles Dickens y Jean-Paul Sartre. El autor se presenta como un outsider, pero yo argumentaría que también es un insider.

Jorge no sólo estudió en Estados Unidos, sino que sigue viviendo varios meses al año en ese país donde enseña en la Universidad de Nueva York. Si alguien sabe sobre la , economía, , sociedad y cultura estadunidenses, es él. No obstante, como sabemos, Jorge es un mexicano cosmopolita que puede ver al vecino del norte con un ojo crítico y revelador.

Estados Unidos: en la intimidad y a la distancia es una lectura obligada particularmente en este momento electoral. El tres de noviembre, los estadunidenses irán a las urnas para reelegir, o no, al presidente Trump. Dos capítulos del libro de Castañeda son fundamentales en este contexto.

Primero, “la disfuncional y sus descontentos”. En este ensayo, Jorge toma partido a favor de los que argumentan que el viejo régimen democrático liberal de ese país es incompatible con el resurgimiento de la desigualdad. Pero va más allá. Encuentra un sistema ineficaz que no logra servir a la sociedad que representa.

Cito a Castañeda: “El aumento de la supresión de votantes durante los últimos veinte años y la intensificación de la lucha en su contra reflejan la desconexión entre un sistema político construido para un electorado homogéneo y la naturaleza cada vez más heterogénea del mismo”. El régimen estadunidense se hizo para un país que ya no existe: el de una súper mayoría blanca.

Hoy, las minorías —afroamericanos, latinos y asiáticos— tienen cada vez más presencia demográfica, pero no pueden ejercer a cabalidad sus votos porque los blancos han implementado todo tipo de triquiñuelas para minimizar su verdadera importancia electoral.

Concluye Jorge: “Esto lleva a Estados Unidos de manera inevitable hacia un sistema político incapaz de enfrentar los principales del país: desigualdad, raza, , inmigración, atención médica, un nuevo Estado de bienestar, cambio climático, control de armas. Pero tampoco logran decidir de una vez por todas las cuestiones más estrechas que constantemente se vuelven a litigar en los tribunales, las universidades, los medios y el país entero”.

El otro capítulo toral para entender el contexto electoral actual es el de la raza y religión.

Ahí, Castañeda nos presenta la terrible realidad de la herida fundacional, todavía abierta, de Estados Unidos: la esclavitud. Hoy, ese trauma se sigue litigando en las calles de la Unión Americana a propósito del asesinato de afroamericanos por parte de policías blancos.

De un lado, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, lo atribuye, con razón, al racismo estructural que todavía existe. Del otro, el presidente Trump piensa que es un mero problema de “ley y orden” en el que se necesita aplicar la mano dura del para imponer el en las calles.

Castañeda hace un recuento histórico de la discriminación racial de los africanos en Estados Unidos y explica la postura a favor de las reparaciones a la población afroamericana actual. “Una estrategia más amplia, ambiciosa y universal para corregir los horrores del pasado”. Sin embargo, Jorge, correctamente, reconoce que será muy difícil que haya algún tipo de reparaciones, sobre todo por el rechazo que éstas concitan en el electorado blanco.

Tema toral de la actual campaña son las relaciones raciales en la súper potencia. La llegada del primer afroamericano a la presidencia, Barack Obama, no cambió sustancialmente el status quo de una desigualdad lacerante entre blancos y negros. Pero sí desencadenó una reacción blanca que terminó por poner a  en el puesto que dejaba Obama.

El libro de Castañeda ofrece más reflexiones sobre otros temas. Me gustó el capítulo sobre la economía, aunque no comparto algunas de sus conclusiones.

También está buena su disquisición acerca del humor estadunidense. La única crítica que quizá le haría es que faltó un capítulo sobre los deportes, particularmente el beisbol. Pero, como sé que eso no le gusta al autor, se lo pasamos.

           Twitter: @leozuckermann

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