Leí el artículo y me sentí muy enojado. Muy. Nos volvieron a engañar. Pero, lo peor, es cómo continúan jugando políticamente con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. No se vale medrar con el dolor ajeno.
El presidente López Obrador prometió resolver el caso. Nombró una Comisión de la Verdad. Puso al frente a un político serio y respetado: Alejandro Encinas. Primero presentaron un informe que venía testado (tachado en negro) en las partes más sensibles. Luego se filtró sin testar. Demostraba el involucramiento activo de las Fuerzas Armadas en el asesinato y desaparición de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, así como un posterior encubrimiento. Había una nueva versión a la llamada verdad histórica del procurador Jesús Murillo Karam, quien terminó encarcelado por mentiroso.
Se expidieron órdenes de aprehensión, entre ellas a 20 militares. Sólo se ejercieron cuatro. Las otras 16 las retiraron. Algo comenzaba a oler mal. El fiscal especial del caso renunció. No parecía haber una voluntad de judicializar los nuevos hallazgos para inculpar a los presuntos responsables.
Ahora, gracias a The New York Times, nos enteramos que las pruebas que presentó el equipo de Encinas podrían ser falsas. Sí, inventadas. Increíble.
Ayer se publicó un artículo en el diario neoyorkino firmado por Natalie Kitroeff, Oscar Lopez y Ronen Bergman (el artículo puede leerse aquí en español: https://www.nytimes.com/es/2022/10/26/espanol/mexico-ayotzinapa-pruebas-…). Es un escándalo.
A continuación gloso los principales hallazgos:
1. Presionado por el Presidente para presentar el Informe sobre lo ocurrido en Iguala hace ocho años, y así cumplir con una de sus promesas de campaña, la Comisión de la Verdad incurrió en una serie de tropiezos. Confiaron en pruebas sin sustento.
2. Encinas admite que la evidencia nueva y crucial que presentó no pudo verificarse como real. “Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”, dijo el subsecretario de Gobernación. La Comisión de la Verdad había conseguido un conjunto de mensajes de WhatsApp supuestamente enviados en 2014 por delincuentes, integrantes del Ejército y otros funcionarios ya implicados con la desaparición. Los mensajes parecían establecer con espeluznante detalle cómo los narcotraficantes habían asesinado a los estudiantes y dónde se habían deshecho de los cuerpos. Además, cómo un mando del Ejército estuvo directamente involucrado en la desaparición de seis de ellos. Posteriormente, un equipo de investigadores internacionales que han seguido el caso durante años (supongo que se refieren al Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes) observaron que el tono de los mensajes difería del que habían detectado en otras comunicaciones interceptadas. Luego que públicamente surgieran dudas sobre los mensajes, Encinas los sometió a una revisión más exhaustiva. Dijo que no había conseguido verificar muchas de las capturas de pantalla y había tenido que desechar varias de ellas. “Hay unos que hemos desechado”, dijo. “No tienen elementos suficientes para acreditarse”. Encinas admitió que la fuente que brindó los mensajes podría haberlos fabricado. “Todo es posible”, dijo. “El cien por ciento seguro no existe en esto”. “En todas las investigaciones”, argumentó Encinas, “hay aciertos y errores”.
3. Las dificultades también surgieron de la disfuncionalidad al interior del gobierno, donde funcionarios que investigaban el caso retuvieron información clave unos de otros, perjudicando su propio caso.
4. “Al Presidente no le importa meter gente a la cárcel”, le dijo Encinas a Zerón cuando se reunieron en Israel. El subsecretario había ido a pedirle información sobre los restos de los estudiantes que podría haber retenido. El subsecretario le ofreció el “apoyo del Presidente” a cambio de su cooperación. El exjefe policiaco se rehusó.
“Fue el Estado”, gritaron los lopezobradoristas a todo pulmón sobre los 43 de Ayotzinapa. Utilizaron esta tragedia para llegar al poder. Ya ahí, con la ineptitud que los caracteriza, realizaron un Informe con pruebas falsas. Así lo admite nada menos que el jefe de la Comisión de la Verdad. Una vergüenza.
Se quejaron de la verdad histórica del sexenio de Peña y acabaron fabricando otra mentira. Es una mentada de madre para los padres de los muchachos desaparecidos y todos los que ingenuamente nos creímos esta nueva versión falsa de los hechos. ¿Van a meter a la cárcel a Encinas por la misma razón que tienen ahí a Murillo Karam?
Twitter: @leozuckermann