La presidenta Claudia Sheinbaum quiere adelantar la revocación de mandato para que se lleve a cabo el mismo día de las elecciones intermedias de 2027. Me atrevo a afirmarlo porque el diputado que propuso esta iniciativa de reforma constitucional es Alfonso Ramírez Cuéllar, muy identificado con la jefa del Ejecutivo federal. No me imagino que este legislador haya tomado esta decisión de manera independiente de la Presidenta y, mucho menos, que Morena lo haya procesado casi de manera inmediata en la Cámara de Diputados. En este sentido, creo que detrás de la iniciativa para reformar la Constitución está Sheinbaum.
Y se entiende porque veo varias ventajas para la Presidenta el adelantar este ejercicio de revocación de mandato.
Soy de los que consideran esta institución que le heredó López Obrador a Sheinbaum como una especie de espada de Damocles para mantenerla controlada. El fundador de Morena sigue teniendo un enorme poder en el electorado de este partido. Si él considerase que Claudia se está saliendo del redil por alguna razón, podría salir a hacer campaña en su contra, ya sea de manera abierta o subrepticia.
A la Presidenta le conviene quitarse esta espada de Damocles lo más rápido posible en su sexenio. Si lo hace en las elecciones intermedias, podría ya concentrarse en consolidar su propio proyecto de “Segundo Piso de la Cuarta Transformación” y, de manera muy importante, comenzar a mover los hilos de la sucesión presidencial que típicamente empieza el día después de las elecciones de medio término.
En segundo lugar, mover la revocación de mandato pondría a la Presidenta en la boleta de la elección intermedia. Es lo que pretendía hacer López Obrador cuando diseñó esta institución. No lo pudo hacer porque no tenía los votos en el Congreso para reformar la Constitución a su antojo cuando la revocación de mandato se aprobó. Y precisamente salió adelante con votos de la oposición que demandó que la fecha de esta consulta pública se realizara después de las intermedias, a fin de que el mandatario no participara en las campañas de esa elección.
Ahora, a diferencia de hace seis años, Morena y aliados sí tienen los votos para reformar la Constitución a su antojo. Ya pueden hacer realidad el sueño de AMLO, es decir, que el jefe del Ejecutivo federal pueda estar en la boleta en la elección intermedia y, por tanto, esté capacitada para realizar campaña abiertamente a lo largo y ancho de la República.
Nada mal para una mandataria que todavía trae altos índices de popularidad.
Agréguese a la posibilidad de realizar campaña el efecto “arrastre”, es decir, que el voto a favor de que permanezca Sheinbaum en Palacio Nacional jale votos a favor de los candidatos de la coalición gobernante a diputados federales en los 17 estados donde se elegirán gobernadores y en más de dos mil municipios que escogerán alcaldías.
En lugar de tener una lógica local, tendríamos una elección de carácter nacional. Esto, sin duda, podría beneficiar electoralmente a Morena y sus aliados.
Adelantar la revocación de mandato debe entenderse como parte de una estrategia agresiva por acrecentar y mantenerse en el poder. Recordemos que también viene una reforma electoral que, todo indica, estará diseñada para minimizar que la oposición pueda recuperar terreno político.
El anticipo de la revocación tiene otra ventaja. De hacerlo después de las intermedias, la Presidenta quedaría a merced de los gobernadores morenistas que son los que tienen la capacidad de movilizar el voto en una elección de este tipo. Al adelantarse, Sheinbaum ya no dependería de estos personajes que, como ya hemos visto a lo largo de este sexenio, son impresentables en muchos casos.
Ramírez Cuéllar justifica su iniciativa en el ahorro recursos. Creo que esta razón es, en realidad, un pretexto. Aquí estamos frente a una reforma básicamente política. Adornarla con un asunto económico es un subterfugio que utiliza la 4T muy a menudo.
Huelga decir que, con la fuerza que tiene Morena y aliados en el Congreso y legislaturas locales, la oposición no podrá hacer absolutamente nada para detener esta reforma constitucional. Lo que deberían comenzar a pensar es cuál será su estrategia para enfrentar una elección donde, todo indica, Claudia Sheinbaum aparecerá en la boleta.
X: @leozuckermann





































