Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.
La vialidad debería ser el gran teatro experimental para encaminarnos a un Estado de derecho. Hace unos días transitaba por una calle saturada, en teoría tiene dos carriles, en la práctica sólo uno es transitable, el otro lo ocupan autos estacionados, a pesar de la prohibición (hay señales y línea amarilla). Esperando el semáforo, quedé alineado con un taxista indebidamente estacionado. Bajé la ventanilla y le dije que estaba bloqueando un carril, que estaba estacionado en lugar prohibido. «No soy el único, otros más lo hacen», justificó su conducta, y añadió «además estoy trabajando». Aquí tenemos otro fractal, personas que argumentan el incumplimiento de la ley en virtud de una justificación, sin importarles las consecuencias que provocan. Por supuesto, el complemento de esta tormenta perfecta es la impunidad; al no haber consecuencias, no hay inhibidores para una sociedad a la que le sobran excusas y le falta civismo.
En el reporte mundial sobre Estado de derecho (https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/global/2022) México está en la posición deshonrosa 115, de 140 países. El índice mide los siguientes rubros (el número es el sitio que ocupa México): limitaciones a los poderes de gobierno 102; ausencia de corrupción 134; transparencia gubernamental 44; derechos humanos 91; orden y seguridad 130; cumplimento a regulaciones 104; justicia civil 131; y justicia criminal 128. Necesitamos un mejor gobierno, también una mejor sociedad; una sociedad que no se acostumbre a ver excepciones en la aplicación de la ley, una sociedad que vea que la ley se aplica sin distinción alguna, así se trate de alguien famoso, con poder e influencias. Sin justicia pareja, no habrá Estado de derecho.
La ventaja es que los cambios de conducta son pendulares y aceleran su marcha a través del contagio social. Necesitamos líderes gubernamentales, empresariales, sociales que abanderen una cruzada en favor del Estado de derecho. Sembrar civismo desde la educación escolar y familiar. Cuando muchos mexicanos dejen de excusar su conducta ilícita porque «todos lo hacen», entraremos a una zona de Estado de derecho, con la fuerza del mismo ejemplo: «todos lo hacen».
@eduardo_caccia